Reseña

Skull St. Food

4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • precio 2 de 4
  • Chueca
  • Crítica de Time Out
Gorka Elorrieta
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Time Out dice

Apenas llevan abiertos un par de meses pero ya hasta los vecinos más vetustos del barrio se acodan en su barra, rodeados de calaveras y música moderna, a la hora del aperitivo. Se piden unas mollejas, un vermú de grifo y listo. Pero es gente joven la que ocupa la mayoría de sus mesas (y el reservado del fondo, un espacio ideal juntarte con una decena de amigos) y la que encaja con su perfil informal, con sus platos para compartir, su estética industrial -en las tripas de un edificio histórico- y ese espíritu dinámico que lo atraviesa todo.

El inquieto chef pontevedrés Carlos Núñez -en el proyecto late ese gen gallego- es la firma detrás de esta neotaberna que impone a la tradición la versatilidad de los nuevos tiempos y los apuntes culinarios de otras culturas (sea una salsa o una técnica). La propuesta se sustenta en una carta breve -una veintena de opciones- que cambia semanalmente; a veces un ingrediente, otras, un plato entero. Un escaparate gastronómico que, siguiendo la temporada, juega mucho durante los fines de semana con los fuera de carta. Aquí la máquina no para y las brasas (a la vista) no se apagan. En ese movimiento constante se integran productos de primera, un trato cercano y… algunos “must" intocables como la ensaladilla rusa con polvo de mojama, las croquetas tempurizadas de gamba y sepia con ali oli de ajo negro o la costilla de ternera glaseada.

Parten de elaboraciones comprensibles y materias primas habituales en nuestro recetario -verdinas, chipirones, carrillera…-, donde todos los estómagos y paladares se pueden encontrar, para sumar después un giro que les imprima un nuevo aire (por ejemplo, la tarta de queso incorpora el exclusivo Gamoneu asturiano en la mezcla). El ‘street food’ castizo era esto. Una heterogeneidad bien entendida (que no cierra la puerta a toques internacionales), tratada con cariño y ejecutada desde la implicación de un pequeño y habilidoso equipo, que sabe escuchar al cliente para ir ajustando oferta y demanda.

Apuestan por maridar la comida con cócteles (cuentan con varios sin alcohol) como atractivo diferencial pero lo que realmente será un éxito es la terraza que montarán en la Plaza del Rey cuando llegue el buen tiempo. Mientras tanto, el interiorismo del estudio Arinni y los muebles vintage de Francisco Segarra crean el marco perfecto para una comida que muta y viaja.  

Detalles

Dirección
Barquillo, 8
Madrid
28004
Transporte
Banco España (M: L2), Chueca (M: L5)
Horas de apertura
Do. a mi. de 12 a 1h. Vi. y sá. de 12 a 2 h.
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