Raro rare

Carlos Moreno Fontaneda, sí el de las galletas. No, no es broma. Es familia. A ver por qué razón iba a estrenarse como hostelero con el Bar Galleta y luego El perro y la galleta. El éxito le ha llevado a abrir este tercer negocio. Lo que cuelga en las paredes –y están repletas hasta el techo- pertenece a la muy ‘sui generis’ colección de su tío (la familia, de nuevo) y para cerrar el primer adjetivo de su nombre –Raro- desde un plano gastronómico preparan crestas de gallo rebozadas y ancas de rana. Como obviamente no son platos para todos los estómagos, lo raro se presenta también de una manera más amable, menos arriesgada. Entran ahí creaciones como sus tacos pibil donde el magro de cerdo pasa a ser carrillera. El segundo adjetivo, Rare, se sustenta únicamente en la cocina. Cocina con pocos fuegos. Rare significa raro pero también poco hecho si hablamos de temas culinarios. Para haceros una idea más clara: de ensaladilla rusa a tartar de lubina, de ceviche a steak tartar, de carpaccio de boletus a tiradito de corvina.