De los creadores de Nommad llega ahora al barrio de Las Salesas un concepto más gastronómico, pero igual de exitoso, que trae al plato lo mejor de las cocinas latinoamericana y mediterránea. De hecho, se puede entender como la versión más evolucionada de aquello que comenzó siendo una cafetería de especialidad con desayunos y brunch, y que fue transformándose, poco a poco, en un restaurante en el que la chef Jesica Alfaro (ex Mugaritz) sorprendía al comensal a base de elaboraciones poco comunes donde técnica y creatividad siempre tenían algo que decir.
El nuevo 'place to be' de la calle Barquillo mantiene la estética industrial y las influencias nórdicas en el interior del local anterior, pero lo más importante es que ahora es el venezolano Luis Alejandro Hernández el encargado de diseñar una propuesta gastronómica tan viajera como divertida que se puede disfrutar desde diferentes rincones gracias a lo diáfano del espacio. En los platos del chef hay atrevimiento y descaro, aunque generalmente son fruto de una reflexión y del conocimiento de las técnicas de vanguardia que han hecho que un katsu sando, un taco de picaña madurada o un brioche de steak tartar de vaca rubia gallega sean ya populares en el barrio.
Entre las nuevas incorporaciones de la carta se encuentran productos de categoría, como la ostra N2 Super Speciale de Poget (Normandia), que se acompaña de una sidra de ají amarillo que maceran ellos mismos, o los que encontramos en el curry: maíz, chile morita y pollo macerado en soja dulce que posteriormente cocinan en la robata. Mención aparte merece esa especie de ramen a base de gamba austral, su potente suquet, aceite de guindilla roja y pasta al huevo. Por otra parte, los amantes de la carne, que cada vez son más en Madrid, disfrutarán a lo grande de cortes como el entrecot Simmental Baviera, con 25 días de maduración en cámara, que se acompaña de un milhojas de tubérculos andinos, chimichurri argentino y guasacaca venezolana.
Un abanico de colores, texturas y sabores que invitan al comensal a recorrer el mundo sin salir del centro de la capital. Y una experiencia que no se acaba aquí porque NOS encuentra en la parte dulce y la coctelería otros dos grandes reclamos. Dentro del primer apartado vas a poder encontrar recetas muy poco convencionales, como la torrija de maíz dulce con salsa inglesa, el ruibarbo confitado con yogurt y el cremoso de chocolate con plátano y cacahuate. Sí, son los postres que pediría el que nunca pide postres. Y en cuanto a la oferta de mixología, destacar que al fondo de este prominente local te vas a encontrar con una barra desde la que poder disfrutar de cócteles de autor que conviven en la carta con clásicos como negroni, moscow mule o pisco sour.
En definitiva, es el sitio que elegirías para desconectar, disfrutar de una larga sobremesa (tiene horario ininterrumpido) y pasar un buen rato con esos amigos que hace tiempo que no ves.