Nikkei 225

Tras la marcha del chef Luis Arévalo, el restaurante quedó descabezado pero han sabido mantener algunas de las líneas que le auparon a lo más alto de su categoría, de esa cocina fusión que mezcla técnicas niponas con producto peruano, y viceversa. No esperen el mismo genio creativo pero la materia prima sigue siendo buena y las elaboraciones, que se extienden ahora a otras latitudes (China, Tailandia…), mayormente convincentes. No emociona pero si tiene un bolsillo boyante puede ser una opción interesante porque tampoco sobran candidaturas para degustar esta clase de platos en la ciudad. Acaban de arrancar una nueva etapa y estarán limando las irregularidades de su oferta.