Neapolitan Authentic Pizza es el significado del acrónimo que da nombre a este espacio de Lavapiés. Y eso es lo que encontrarás si pasas por sus mesas, una pizza de masa blanda y fina que nada tiene que ver con la crujiente romana. Se elabora diariamente sirviéndose de un cuarteto único -agua, harina, sal y levadura natural- siguiendo escrupulosamente los métodos que manda la tradición y una paciente fermentación de 72 horas. Ingredientes naturales y un horno ‘Stéfano Ferrara’, fabricado artesanalmente en Nápoles, son los secretos que esconde la selección de pizzas de este urbano restaurante.
Permite preparar una pizza a 500° en tan solo 50 segundos, unos tiempos que agilizan de manera sorprendente el servicio. Podrás elegir entre una selección que va desde la sencillez de la Margarita a la de Speck, que se prepara con speck italiano, champiñones, rúcula y trufa. Deliciosas y ajustadas de precio, pizzas no es lo único que ofrece la carta de NAP, que también tiene entrantes como bruschettas, queso provolone o una adictiva melanzane parmigiana (láminas de berenjena con tomate, queso y albahaca).
Tras el proyecto se encuentra Antonio Belardo, napolitano afincado en Barcelona quien, de tanto echar de menos su pizza local, decidió traer de Italia los mejores ingredientes y la receta original. Tras dos locales en la Ciudad Condal, llegó a Madrid. Primero a Lavapiés y después en Chamberí (Cardenal Cisneros, 38). Música y arte urbano, con intervenciones de Okuda, definen ambos espacios.