Estás ante uno de los restaurantes japoneses más interesantes de Madrid. Miyama Castellana aterrizó para triunfar en el panorama gastronómico capitalino en 2009, no sin referencias, ya que se trataba de la segunda sucursal del local homónimo en Flor Baja, que llevaba por aquel entonces cinco años de exitosa trayectoria. Un punto más sofisticado que el pionero, ambos espacios siguen la misma línea. Cocina japonesa contemporánea, con respeto absoluto por la materia prima y los sabores más puros son los pilares que definen su filosofía.
En Miyama Castellana encontrarás un comedor minimalista con predominio de la madera, así como una barra de sushi donde podrás ver en directo cómo se preparan los nigiris, sashimis o makis que salen a las diferentes mesas. Si vas con un acompañante y hay sitio, es recomendable reservar en esta primera línea. Disfrutarás del arte del cuchillo y la destreza de los expertos montando piezas. Atrévete a pedir un surtido y dejarte seducir ‘a ciegas’ por lo que el chef decida para ti.
La carta contempla, por supuesto, una gran variedad de bocados clásicos de la cocina nipona, pero también, guisos tradicionales que merece la pena descubrir. Por ejemplo, el ‘shabu shabu’, un ‘dashi’ (caldo) en el que se preparan verduras, pescado o carne que posteriormente se acompaña de salsas; o el ‘sukiyaki’, parecido al anterior, pero con caldo algo más dulce y huevo batido. Un lugar para salirse de las recetas clásicas más extendidas. Preciosa vajilla.