David Marcano dio el salto de la Escuela de Hostelería de Madrid a la cocina del maestro Arzak y de allí regresó a la capital para ponerse al frente de los fogones de Goizeko Wellington, durante 7 años. Desde 2012 Marcano está en el barrio de Retiro con su propio restaurante donde despunta con una cocina diferente y muy personal basada en el conocimiento y técnica del buen producto, y en recetas tradicionales.
El local es pequeño y bastante sencillo con espacio para el comedor y barra para probar su cocina de una manera más informal. Hay carta y plato del día (también en media ración) por el que van rotando sus míticos arroces, pescados, carrilleras de cerdo ibérico, jarrete, guisos y platos de cuchara como las verdinas con merluza de pincho de Burela braseada y gamba blanca o el famoso plato de callos, pata y morro.
Marcano, que llegó a todos los públicos después de su participación televisiva en Top Chef, tiene el talento y la habilidad de sacar a cada ingrediente todo su potencial y en el caso de las verduras elevarlas al nivel de la excelencia. Es apasionado de las fusiones, de los caldos base, las largas cocciones (el jarrete cuece durante 54 horas), de la estética y el color de sus platos. La carta de vinos es bastante breve y en los postres, lo mejor es dejarse sorprender.