Lisanderella

Desapareció el querido Don Lisander y de sus cenizas brotó, en otra ubicación y con dos plantas, esta osteria moderna. Algo así como nuestras tabernas. Las virtudes de su carta se mantienen aunque Gonzalo Vernacci trabaje sobre un telón de fondo más casero y familiar. Sigue bordando su pizza tartufo (con huevos de codorniz, crema camembert y trufa negra), irrenunciable entre la veintena de opciones que despliega a diario. La pasta (fresca, rellena y di Voiello), los risottos y algunos platos de carne redondean su oferta gastronómica. Obviamente el tiramisú y la pannacotta vienen de serie en todo italiano.