En el barrio de Justicia las novedades hosteleras no dejan de sucederse. Y todos contentos. Este apretado puñado de manzanas está de moda. Quien lo frecuenta lo sabe. Los fines de semana es necesario reservar (en muchos casos). Incluyan a esa lista esta última incorporación que abrió hace poco más de un mes y que es –sencillamente pero también gustosamente- lo que adelanta su nombre. Sí, hemos venido a hablarte de una sandwicheria pero si quieres curarte en salud, llama primero o, mejor, acércate entresemana. Una parada idónea si andas por la zona de compras, haciendo “business” o si buscas una comida/cena rápida con credenciales de “autor”, gourmet.
Es un espacio aprovechado (y bien) al milímetro. Es angosto pero no incómodo. Combinan mesas bajas y altas con taburetes en un ambiente joven, distendido. Tienen un buen hilo musical, un interiorismo de revista de decoración chic (tonos pastel y brillos dorados made in La casita de Margaux), un servicio simpático y unos bocadillos sabrosos hasta decir basta (de esos cuyo recuerdo te hace salivar). Ellos –y ellos son tres amigos venezolanos- lanzan sus apuestas para una primera visita pero los ocho candidatos son igualmente sugerentes. La propuesta recoge sabores de distintas latitudes. Ahí están el Pollo thai, el Cubano mi hermano, el Adoro el pomodoro… Nosotros nos quedamos con el Mazinger Z’s (setas horneadas, tomate, alioli y queso ahumado) y el Phillip (láminas de entrecot de ternera, pimientos asados y provolone). Ambos reconfortantes, jugosos, equilibradamente contundentes (ponte de acuerdo, comparte con tu pareja, amigos, familia), generosos... Para el pan puedes elegir entre focaccia, ciabatta y brioche o dejarlo a la sugerencia de la casa y cada plato viene acompañado de una adictiva ración de patatas fritas trufadas.
Depende de lo vacío que llegue tu estómago o de si eres o no de los que no se salta un postre. Con el bocadillo como centro gravitacional puedes irte a un lado y tantear las ensaladas (burrata, mixta o césar con ingredientes frescos y espléndidos aderezos caseros) o irte al otro y entregarte a la tarta caramel o la marquesa de chocolate (otro guiño, sumado a los tequeños -entrantes-, a sus raíces). También puedes cerrar la velada con algunas de sus opciones de coctelería clásica (negroni, cosmopolitan, mint julep…). Media docena larga de referencias entre tintos, blancos y espumosos. Si eres de cerveza (aquí lo más demandado), tienes suerte. La Jamonera de La Virgen siempre acompaña bien.
Qué apañada se nos ha quedado la calle Santa Teresa, que empieza aquí. Inmejorable casilla de salida.