Una de las últimas aperturas de la calle Ponzano con ingredientes para ser el lugar de culto para amantes de sabores potentes de las cocinas callejeras de México y Asia. Una vez más: fusión, un concepto (trillado y maltratado) que a priori provoca cierta pereza pero que en esta ocasión gusta, y mucho. Será que detrás del proyecto está Chema Soler, que cambió la Gastrocroquetería por La Gastro de Chema (Barco, 7) donde su cocina es más libre y personal.
En la Gastro Salvaje, Soler se une a la cocinera mexicana Cynthia Pariente, natural de Chiapas, con la que ya había trabajado y que ahora está al frente de esta aventura. Proponen una cocina informal con una carta breve y resultona de bocados fríos, calientes, tacos y un guiño a los clásicos de Chema como sus croquetas de sepia gratinada.
Respetan recetas tradicionales como el aguachile de gambas de Michoacán, elote (maíz) como en Ciudad de México y el queso fundido con chorizo verde y tortillas de Toluca. Personalizan una sabrosa cochinita pibil en pan bao; el taco de calamar en tempura con kimchi, crujiente y picante; y un acertado alambre de panceta y papada a la brasa. Fuera de carta, tacos del pastor con pato a la brasa y el de guiso de oreja con curry rojo. El postre, un delicioso pan de elote.
El local tiene el tamaño suficiente para alojar un par de mesas altas y la barra que es la protagonista. Buen sitio para tomar “Traguitos coquetos” o cócteles, micheladas, tequilas, mezcales, vinos o cervezas nacionales y mexicanas.