Si hay una taberna a la que ir sí o sí en la zona del Retiro, esa es La Catapa. Miguel Ángel Jiménez lleva muchos años haciéndolo muy bien. Dicen de ella que es una taberna ilustrada y no podemos estar más de acuerdo, además de una de las mejores barras de Madrid.
Lo que empezara en un pequeñito local de la misma calle, para más tarde mudar a un local más grande acorde con sus necesidades, ahora es un sitio de peregrinación para los amantes del buen comer. ¿Qué encontrarás allí? En primer lugar, una zona de barra donde tapear en mesas altas y taburetes y en segundo, la sala propiamente dicha. Cualquier opción nos vale, porque allí, sea sentado a la mesa con mantel o de pie degustando un vino, se va a disfrutar y dejarse querer por su amabilísimo personal.
Si te decimos que con tu consumición, la tapa que la acompaña va desde bígaros, hasta patatas revolconas, pasando por morcilla, chistorra, gambas o champiñones, verás que ya es toda una declaración de intenciones. Eso para empezar. Para continuar tienes que probar las soberbias croquetas de patata y trufa -no tienen rival en la ciudad-, la ensaladilla rusa con faisán escabechado, chuletitas de conejo morunas,las flores de alcachofa, el tartar de atún, las escupiñás, mollejas... ¡Podríamos estar hablando todo el día de sus exquisiteces! La oferta de carta -siempre cambiante- la acompañan con varias sugerencias, atendiendo al producto y la temporada. Que es temporada de erizo de mar, pues preparan una tortilla con éste y algas. Que tiene gamba roja de Denia, la preparan en un arroz meloso o con guisante lágrima y yema de huevo. Y así con todo.
Otra condición indispensable para visitar La Catapa son sus vinos. La oferta que tienen por copas es de lo más atractivo, y no solo vino, sino también jereces y champagne. Con la ayuda de María José Jurado, una de las mejores sumilleres de la capital y en el equipo desde principios de 2018, seleccionan y cuentan de la mejor forma posible, los caldos ideales para maridas una comida sobresaliente.