Killer Sobo

Oculta en una callejuela de la parte baja de La Latina esta tasca es un gamberrismo gastronómico, o en otras palabras, el canalleo japocastizo. La cuestión aquí es dejarse las etiquetas en la entrada y lanzarse al hedonismo que en ocasiones será comer con las manos y en otras con palillos, tanto da. Ofrecen una carta breve llena de platillos fusioneros: oreja brava; korokke o croquetas a lo japonés de verduras, marisco o ¡patatas revolconas!; saam de costilla a baja temperatura o unos torreznos melosones con chili caseros, cebolleta china y cilantro. Todo, en un local de esencia y apariencia garitera con una mesa comunal en el interior frente a la cocina donde se montan todas las jaranas.