Situado en la primera planta del hotel Hyatt Centric, el restaurante, capitaneado por Pablo Bernal de la Cierva y sustentado a diario por un equipo del que sentirse orgulloso, tiene unas vistas espléndidas a la Gran Vía pero a la vez queda lejos del incesante e incómodo ruido de la calle, transformándose, al otro lado del cristal, en un atractivo oasis. Todo se mueve muy rápido ahí fuera mientras te llevas a la boca sin prisa una lasca de salmón de su sugerente tiradito apaltado. Cocina viajera que se une a un sentido homenaje a la ciudad, a Madrid, con aportaciones como su singular bocadillo de calamares, que puede abrir cualquier velada, o la personalísima y deliciosa interpretación del chocolate con churros con la que puedes cerrarla. Por el camino, creaciones para todos los gustos bien presentadas y mejor facturadas. Hay mano, intención y ganas.
Del pulpo anticuchero y la ensalada de quinoa al risotto amarillo de lomo saltado y el secreto ibérico con hummus de cocido madrileño y chop suey. Un esmerado trabajo que evidencia las pasiones culinarias de un chef muy viajado. Cada viernes y sábado el restaurante ofrece cenas amenizadas por música en vivo o DJs y los domingos acoge The Brunch (13 a 16 h.), una propuesta cargada de sugerencias más que apetecibles. Una bodega cuidada, con nombres que nunca fallan y etiquetas que se salen del "abc", y una carta de cócteles de autor completan la experiencia, abierta a todo el mundo (seas o no cliente del hotel).