Fue el primer gastrobar de nuestro país. Inaugurado hace seis décadas por Pepe Hevia y su mujer, Elena Arbizu, sigue siendo uno de los grandes bastiones de la restauración madrileña. Sus mejillones tigre o los flamenquines con salsa Hevia son de una factura impecable, pero también lo es su servicio, que cuida siempre hasta el más mínimo detalle. Referente capitalino por su propuesta de culto al producto, sus platos de cocina tradicional y su impecable servicio, acondiciona cada año su agradable terraza en el barrio Salamanca para adecuarla a la llegada del frío y permitir su disfrute también en los meses de otoño e invierno. ¿Una curiosidad histórica? ¡La terraza de Hevia tiene casi setenta años! Fue inaugurada en el año 1964, a la par que el restaurante y resultó, de hecho, una de las primeras de nuestro país en apostar por una decoración singular y una atmósfera elegante, con manteles largos, luces indirectas, flores frescas e hilo musical, al estilo puro estilo de las terrazas parisinas que tomaba como referencia.
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