Su horno de leña, a 500 grados, es un auténtico hervidero. Parece unos grandes almacenes en Black Friday. Entran y salen pizzas cada minuto. Lo bueno: no te pierdes en una carta con infinitos nombres. Puedes sumar los ingredientes que quieras (varios quesos, tomate San Marzano –una de las claves aquí-, salami picante…) pero la firma, creada en 2017 por Hugo Rodríguez de Prada y Jorge Blas, ofrece apenas una decena de opciones ya cerradas.
A las pizzas suman un puñado de antipasti y otras tantas propuestas dulces; los nombres ya le hacen a uno salivar. Al frente suele haber pizzaiolos napolitanos y (casi) toda su materia prima es importada de Italia. El precio es razonable, los locales tienen una clara y acogedora inspiración industrial y en la capital hay un espacio, Grosso Senza Glutine, 100% libre de gluten.
La considerada como una de las mejores cadenas de pizzerías para 50 Top Pizza (con ya 38 restaurantes repartidos por toda la península -16 en Madrid-) presume de una carta que tiende a ser dinámica. Hay ya creaciones clásicas, inamovibles, pero también juegan con la temporada para meter nuevos ingredientes (calabaza en otoño, por ejemplo) y además suma una edición limitada periódicamente, una colaboración con otra marca o chef con el que diseñan una receta singular que mantienen en catálogo durante un mes aproximadamente.