¿Quién decía que Madrid no tiene mar? Se equivocaban, porque el pasado octubre de 2017 desembarcó en la capital el último proyecto de Ángel León, más conocido como el Chef del Mar. Y, ¿qué ha hecho este gaditano con el Glass Bar -ahora Glass Mar- del Hotel Urban? Nada más y nada menos que convertirlo en una sede del buen comer y en la que ponerse fino a Omega3.
En un espacio adornado con el esqueleto de una ballena y tarros con plantas marinas y plancton, ha creado un concepto a medio camino entre la creatividad sin parangón de Aponiente y el punto canalla de la Taberna del Chef de Mar del Puerto de Santa María. Con el mar como despensa casi en su totalidad, la carta se divide en tres espacios. El primero, entrantes para empezar 'la mar de a gusto' con platos como la ostra merengada, el cazón en adobo, la royal de erizo con plancton, sus embutidos marinos -¿marinos? ¡sí!- o un bocadillo de calamares en su particular homenaje a Madrid, eso sí, diferente a cualquiera que hayas visto antes.
La idea es continuar 'la mar de bien' con platos más principales como una golosa chuleta de atún con chalaca o una verdadera joya de la naturaleza, un plato de camarones fritos con huevo, panceta ibérica y una mahonesa de kimchi, para mojar mucho pan y no dejar ni gota. Y ¿qué mejor que terminar con postres 'la mar de buenos'? El duelo está entre una leche con galletas que te transportará directamente de vuelta a tu infancia, un melón con vermut, ideal para limpiar el paladar o chocolate con semillas.
No podemos olvidarnos de su oferta líquida. La cosa va entre cócteles de autor con un punto del Sur y vinos generosos, una buena colección de vinos del marco de Jerez y espumosos. Glass Mar, con los pies en la tierra y la cabeza en el mar.