¿Mono de asturiano? Entonces tienes que dirigirte al restaurante El Oso, toda una institución en la materia, ubicado en la carretera de Burgos y muy cercano a la Moraleja. Este clásico entre los clásicos madrileños, supone una apuesta segura a la hora de ponerse las botas con cocina de mercado asturiana. En El Oso todo cobra sentido. Si tienes una comida o celebración familiar o si simplemente quieres descubrir las tradiciones culinarias que se han consolidado durante más de veinte años en la capital. El restaurante cuenta gran capacidad para acoger considerables grupos de comensales, divididos en varios salones, en los que la luz natural manda y se cuela por los amplios ventanales.
María de Lorenzo, su propietaria, lleva muchos años trabajando con ahínco para conseguir las mejores materias primas de la mano de productores de referencia. Tanto es así que las anchoas las traen del Cantábrico, con certificado de autenticidad, para luego limpiarlas y filetearlas a mano en el restaurante, la cecina de buey de El Capricho y los espárragos de La Catedral de Navarra.
¿La comanda perfecta? Un surtido de quesos asturianos (Ahumado de Pría, Cabrales o Afuegal Pitu, entre otros), unos fritos de pixín o pixín de barriga negra y una excelsa fabada asturiana. Para prepararla, siempre en pos de la mayor calidad posible, cosechan sus propias fabes y elaboran el compango casero. El resultado es un guiso de lo más agradable, nada graso y con unas fabes tiernas. También trabajan otros guisos tradicionales bajo encargo como son las verdinas con pixín, el pote de Nabiza o las patatas con langostinos. El dulce final lo ponen una tarta de queso y cuajada, un tocinillo de cielo con helado o nuestro favorito, el arroz con leche y caramelo quemado.
Y si te has despertado perezoso y lo que quieres es comer en casa, también disponen de servicio de comida para llevar. El Oso: Lo mejor de Asturias en el plato.