Tras el viaje a la gastronomía de América del Norte con El Canadiense y a Latinoamérica con Raro Rare, para su quinta apertura capitalina el hostelero Carlos Moreno Fontaneda ha decidido volver a los orígenes y ahondar en la cocina de mercado. En este espacio, al otro lado de los grandes ventanales, tiran de tradición para servir unas estupendas cocochas de bacalao o una morcilla con crema de queso de cabra a la vez que echan mano de algunos platos que dieron fama a sus primeros locales (berenjenas rebozadas en galleta, chipirones con arroz negro y carrillera de ternera). El restaurante, que acaba de abrir a unos metros del Retiro, mantiene las señas de identidad del grupo en cuanto a interiorismo y ambiente. Maderas gastadas, retratos realistas, bodegones, botellas de vino empolvadas y gramófonos antiguos trasladan al comensal a las primeras casas de comidas de nuestra restauración. Y sí, los postres son caseros. Y, claro, llevan galletas Fontaneda de alguna u otra manera, incluida una de las últimas incorporaciones: leche frita con helado de leche merengada y crujiente de galleta.