El paraíso para los amantes de la comida callejera asiática se ha instalado en la parte alta del barrio de Lavapiés, en un local al que, por su relación calidad–precio, auguramos el peregrinaje en repetidas ocasiones. Bunny Chao, el negocio del emprendedor y cocinero indio Imran Rafi, es una casa de comidas que aglutina en su oferta platillos de diferentes países de Asia, en una colección de recetas y contrastes con los que viajar de un lugar a otro del continente. El recorrido se inició con Vietnam, Tailandia y la India, pero el primero de los tres abandonó ya el repertorio para incorporar Indonesia y así, poco a poco, irán llegando más, en un ciclo continuo de elaboraciones llegadas de lejos que van reemplazándose unas a otras en la carta, siempre a precios asequibles.
El concepto se instala en un establecimiento con cocina pequeña y abierta a la sala, con espacio para algo más de una veintena de personas. Parte se acomodan en la mesa compartida y el resto en varias mesas para dos o tres comensales repartidas alrededor de esta. El servicio, informal pero atentísimo, hace que desde el momento en que ponemos el pie en Bunny Chao nos sintamos a gusto, como en casa. Mesas de aluminio sin mantel, platos individuales de plástico y palillos de colores, y vajilla Duralex para el emplatado de las elaboraciones que llegan a la mesa. Con mucha luz natural, uno de los laterales del local es un gran ventanal a la calle (con opción de abrirse para que entre el aire fresco) y parte de las paredes están cubiertas con coloridos pósters que nos remiten a protagonistas asiáticas y conejos blancos.
Dos secciones principales, clasificadas en función del tamaño de los platos: 'small plates' y 'bigger plates', o sea, platos pequeños y platos más grandes. En la primera, elaboraciones que funcionan como entrantes. Una opción con carne, el Stip Club Beef Salad y otra sin ella, con el Bhel Puri, plato de la culinaria india que consiste en una ensalada fría de arroz inflado acompañado con salsa de tamarindo, tomate, cilantro, cebolla, menta… ¡una mezcla deliciosa! Acompañada, eso sí, con un toquecito de chile.
Entre los principales, destacan los currys, que protagonizan la mitad de las opciones, con un curry thai verde de pollo y otro curry, en este caso indio, en el que Imran vuelca sus recuerdos de infancia. Los acompañan un Daal (plato tradicional de legumbre pelada), en este caso cocinado con tres tipos de lentejas como protagonistas y un Nasi Goreng, plato nacional indonesio, muy popular y reconfortante. A lo anterior puede añadirse como extra un cuenco de arroz basmati y si eres de lo que no renuncia al dulce, disponen de un par de opciones. El mango go pudding, con variedad de texturas y mucho sabor a mango, sin ser demasiado dulce, es perfecto para cerrar una comida en la que predominan los picantes.