Este amplio, luminoso y cómodo restaurante ha sido una de las aperturas más comentadas en los últimos meses. Abierto desde las 12 h, es perfecto para la hora de la comida, lleno con ejecutivos de la zona, y también para tomar unas copas en su barra. Su cocina es sencilla, cuidada al detalle e incluye algún guiño a Oriente Medio. Los domingos ofrecen un brunch "de verdad".
Su terraza es pequeña, pero por eso mismo, es exclusiva y hay que acudir con reserva. Es una buena opción para una cena informal con amigos o para alargar hasta la noche el 'afterwork' con los compañeros de trabajo. Su carta es una oda al picoteo, podrás acompañar las croquetas de jamón y trufa negra o el hummus con muhammara con un buen vino en una de las calientes noches de verano madrileñas.