Hay ocasiones especiales en las que uno busca dejarse sorprender con algo diferente. Celebrar, brindar y disfrutar de un menú largo y estrecho, sin renunciar a un ambiente íntimo pero que a la vez sea lo suficientemente relajado como para poder dejar el corsé en casa. Y además, que no te de un infarto en el ‘momento cuenta’. Condiciones, todas, que reúne este restaurante. Alpe levantó el telón en marzo de 2018 en un coqueto local de Chamberí, que antaño fue una mantequería, cuya puerta te llevará de memoria, sin mover los pies del suelo, a una pequeña ‘brasserie’ de París.
Tras ella, el gusto francés sigue presente, pero se combina con tendencias escandinavas y maravillosas lámparas de techo. No llega a diez las mesas, el servicio es amable y relajado y la carta, una explosión de sabores. Cuenta con una selección corta de platos y dos interesantes menús que se ajustan a diferentes bolsillos: Maggia, de cinco pasos (36 euros) y Cervino, en diez actos (59 euros), con el que podrás recorrer a fondo la propuesta del joven chef que se encuentra tras sus fuegos.
Alpe es el proyecto personal de Javier Villasevil y Marta López de Asiaín, pareja en lo sentimental y tándem perfecto en lo profesional. Ella se ha encargado del interiorismo; él de la parte gastronómica. Un lugar donde Javier da rienda suelta a todo lo aprendido y viajado, que se traduce en delicados y sorprendentes platos como el puré de coliflor tostada y leche de coco, un intenso arroz castizo, el ravioli ahumado o el rabo de toro con su buñuelo.