Estudió hostelería en el País Vasco (en Bilbao), tiene raíces francesas y ha nacido y crecido en Albacete entre huertas y días de caza. Y esa maleta vital de Juan Monteagudo, claro, permea en todo lo que sale de la cocina en este prometedor restaurante, una de las grandes experiencias culinarias que ofrece esta capital manchega. Hierbas forrajeras, pil pil de sopa de ajo, demiglace de legumbre castellana son ideas, elaboraciones e ingredientes que nos sumergen en el territorio.
Monteagudo echa mano de la despensa y recetario castellanos para refinarlo con técnicas contemporáneas pero desde una mirada humilde, con respeto pero con confianza porque conoce muy bien el producto. Los platos mayores que encontramos en carta, del bacalao tiznao a la royal de cordero D.O. La Mancha pasando por el pato azulón en 3 servicios, dan muestras de su personalidad y de su futuro.
Sus dos menús degustación quizás sean la mejor puerta de entrada al trabajo de este joven chef (apenas ronda la treintena) que oficia para una sala (para no más de 30 comensales) donde reina la sencillez pero también el detalle (aquí cada mesa y cada mueble es una pieza artesana ideada en exclusiva para el local). Podéis escoger entre Tierra, con 4 snacks y 6 pases, y Ababol, 11 pases precedidos por los mismo 4 snacks.