Viaje a Cataluña en tren de alta velocidad: paraísos que no podéis perderos

Patrimonio, gastronomía, naturaleza... Gracias al AVE, las grandes joyas catalanas están más cerca que nunca
Playa de Sant Pol de Mar en Costa Barcelona. Ayuntamiento de Sant Pol de Mar - ACT
Playa de Sant Pol de Mar en Costa Barcelona. Ayuntamiento de Sant Pol de Mar - ACT
Time Out en colaboración con Agencia Catalana de Turismo
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La alta velocidad ha cambiado nuestras vidas. España es uno de los países del mundo con más kilómetros de este tipo de vías, lo que ha hecho que algunos de sus distintos puntos cardinales estén más y mejor conectados que nunca gracias a uno de los medios de transporte más sostenibles que existen: el tren. 

Cataluña es el mejor ejemplo de ello. La comunidad autónoma ofrece una serie de atractivos que la hacen ideal para una escapada desde Madrid. Un destino para desconectar y disfrutar. Porque ahora, Cataluña está más cerca que nunca. Os contamos algunos de los alicientes de cuatro de sus principales destinos urbanos y sus alrededores. ¡Pasajeros al tren! 

Lleida: ¡bienvenidos a Cataluña!

Lleida es la puerta de entrada a Cataluña. es la puerta de entrada a Cataluña. Y para muchos, uno de sus secretos
mejor guardados. ¿Imprescindibles de la ciudad? El conjunto de la Seu Vella, uno de los grandes iconos de Cataluña y firme candidato a ser declarado Patrimonio de
la Humanidad de la UNESCO, pero también el Castell dels Templers de Gardeny. No dejéis de dar un paseo por su centro histórico, plagado de callejuelas y plazas medievales con encanto, en las que encontraréis infinidad de restaurantes donde degustar uno de sus platos estrella: los caracoles.

En cuanto a los alrededores, os toca descubrir los tesoros románicos de las Terres de Lleida y los Pirineos de Cataluña, especialmente la Val d'Aran, un valle pirenaico declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO y donde conviven tres lenguas oficiales: el español, el catalán y el aranés, dialecto del occitano gascón.

¿Un último plan? Para muchos, uno de los mejores imaginables: disfrutar de un cielo estrellado infinito. La sierra del Montsec, en las Terres de Lleida, es una Reserva Starlight, avalada por la UNESCO. Aquí se encuentra el Parque Astronómico del Montsec, equipado con tecnología 3D y cúpula desplazable, para observar el universo. El parque natural del Alt Pirineu, en los Pirineos de Cataluña, cuenta con un mirador astronómico para observar las estrellas.

Naturaleza y cultura cerca de Barcelona

Barri Gòtic, la Rambla, Plaça Catalunya, Passeig de Gràcia, Parc Güell... Visitar Barcelona siempre es un planazo. Porque aunque amemos Madrid por encima de todas las cosas, hay que reconocer que la capital catalana lo tiene todo: una vida cultural vibrante, monumentos únicos, playa, restaurantes para chuparse los dedos y una arquitectura modernista que la hacen única en el mundo. Barcelona es la ciudad mediterránea por excelencia, y uno de los destinos favoritos de los turistas de todo el mundo. En AVE, os plantaréis allí en menos de dos horas y media.

Y si lo que buscáis es naturaleza, la tienes en Paisatges Barcelona: a sólo media hora encontraréis Montserrat, símbolo de la espiritualidad catalana y lugar perfecto para el senderismo, la escalada o una emocionante ruta en bicicleta de montaña descendiendo desde el Monistrol de Montserrat, para después adentraros por las pistas de gravel que serpentean el paisaje.

¿Más ideas? El enoturismo entre viñas y bodegas en el Penedès, en Costa Barcelona, causa furor entre los amantes del buen vino, tanto como lo hizo en su día el litoral del Maresme entre la alta burguesía catalana. Allí, diseminadas entre playas kilométricas y frondosos bosques de pinos, siguen luciendo como el primer día sus casas y mansiones de veraneo. 

Girona: la gran belleza

Amor a primera vista. Es lo que sienten quienes visitan otra de las grandes joyas catalanas: Girona y, en consecuencia, la Costa Brava. El tamaño de la ciudad de Girona es ideal, y sus atractivos, casi infinitos. Desde su imponente catedral al el antiguo barrio judío, El Call, uno de los mejor conservados de España, pasando por sus antiguas murallas romanas y medievales o los elegantes edificios modernistas.

En la provincia, una visita obligada es Figueres, donde se ubica la estación de alta velocidad más al norte de toda Cataluña y el lugar donde nació y murió Salvador Dalí, su vecino más ilustre. Visitar su museo es un plan imprescindible. Pero hay mucho más, Figueres es la puerta de entrada a Francia y el lugar perfecto desde el que descubrir dos parques naturales que os dejarán sin aliento: los Aiguamolls del Empordà y el Cap de Creus. 

En Girona, los amantes del buen comer disfrutarán con su impresionante oferta gastronómica, abanderada por los hermanos Roca. ¿Qué más se puede pedir? Quizá una de las zonas más privilegiadas de Europa para quienes buscan playas de ensueño, la Costa Brava. Y si se opta por pueblos con encanto, nada como visitar Peratallada, una joya medieval; Porqueres, junto al lago de Banyoles; o Santa Pau, en plena zona volcánica.

Tarragona: un viaje a otro tiempo

Tarragona fue, en tiempos del Imperio romano, una de las ciudades más importantes de toda la Península Ibérica. Hoy en día sigue conservando intacto aquel esplendor. Buena parte de la culpa la tiene su ubicación privilegiada, al sur de la comunidad, y sus diez playas, cada una con un sello propio.

En cuanto a sus atractivos naturales, cualquier opción de la Costa Daurada es un acierto seguro. Y para quienes quieran adentrarse un poco más, toca una visita obligada al Priorat y las siempre cautivadoras Terres de l'Ebre, declaradas Reserva Natural de la Biosfera por la UNESCO. Aquí se encuentran la mayoría de las DO de vinos catalanas. ¡Hay que saborearlos!

¿Otro plan muy recomendable? Reus, lugar de nacimiento de Antoni Gaudí. El arquitecto catalán más conocido está íntimamente ligado a la ciudad tarraconense y su espíritu y singular manera de entender el mundo siguen presentes en cada esquina. Pero hay otro gran icono de Reus: el vermut, que se exporta desde aquí al mundo entero. Si a eso le sumamos su especial cuidado del comercio local de proximidad y su rico legado histórico, el resultado es una escapada simplemente perfecta.

¿Una última propuesta? Hay que acercarse a Valls, donde emocionarse con los tradicionales y espectacularss castells y uno de los mejores sitios para degustar la auténtica calçotada catalana. Para chuparse los dedos... literalmente.

En resumen: Cataluña en AVE es una apuesta segura. Un plan sostenible, cómodo, rápido y sin atascos en el que podréis disfrutar de ciudades inolvidables, pero también de pequeñas escapadas en sus entornos más cercanos. Lugares ideales para desconectar del mundo... y reconectar con tu verdadera naturaleza. ¿Necesitas más información? ¡Encuéntrala aquí

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