Lugar de paso y en el que todo pasa. La Plaza Mayor de Madrid es de esos enclaves siempre transitados, al que los turistas no quieren dejar de acudir y por el que los madrileños se dejan caer de vez en cuando. La encontrarás en el Madrid de los Austrias, en el corazón del casco antiguo de la ciudad. Y sí, podemos decir que es una de las más bonitas de la urbe.
Su construcción comenzó allá por 1580, cuando el rey Felipe II le encargó a Juan de Herrera que remodelara la antigua Plaza del Arrabal. Sin embargo, habría que esperar hasta 1619 para verla terminada, ya bajo la batuta de las directrices dadas por Juan Gómez de Mora.
Desde ese momento, sus usos han sido muchos y variados. También las reconstrucciones, si tenemos en cuenta que sufrió varios incendios. El de 1790 fue el peor de todos y llevó a que su estructura sufriera cambios sustanciales hasta dar con el aspecto que tiene en la actualidad.
La Plaza Mayor merece una visita en su conjunto. Es uno de los imprescindibles en cualquier visita que se precie a Madrid. Ahora bien, en su interior, podemos detectar que hay tres puntos que reclaman una atención especial. A saber, la estatua ecuestre del centro con la que te toparás nada más entrar. Representa a Felipe III.
Para continuar, el Arco de Cuchilleros, que fue una incorporación tardía a la plaza. Y es que, tras el incendio de 1790, el arquitecto Juan de Villanueva llevó a cabo su reconstrucción. En esta labor, entre otras cosas, introdujo nueve arcos de acceso, de los cuales llama especial atención, por su monumentalidad, por la escalinata que hay a sus pies y por los edificios que hacen las veces de contrafuertes, el que nos ocupa.
Por último, la Casa de la Panadería. No, no es que aquí se venda el pan, pero hereda este nombre de la época en que era Tahona Principal de la Villa y, por tanto, el organismo que fijaba el precio de dicho producto. Después, tuvo muchos usos, siendo el de Oficina de Turismo el que desempeña en la actualidad. Data de 1590, aunque lo único que queda de esa época es su planta baja, el sótano y el honor de haber sido modelo para el resto de construcciones de la plaza. Esto se debe a que solo sobrevivió este edificio al incendio de 1790.
En el centro de la ciudad, en el Madrid de los Austrias, a un paso de lugares como la Puerta del Sol o el Teatro Real.
Por su ubicación en un lugar tan céntrico, turístico, concurrido y peatonal, lo más práctico es olvidarse del vehículo propio y apostar por el transporte público. De esta forma, puedes tomar las líneas 1, 2 o 3 de metro, hasta Sol; la 2, la 5 o el Ramal, hasta Ópera; y la 1, hasta Tirso de Molina. Si eres más de autobús, las líneas 002, 17, 18, 23, 31, 35, 50, 65, SE712, N26 y M1 cuentan con paradas en las inmediaciones del lugar. Por último, también es posible llegar hasta Sol usando el Cercanías (líneas C3 y C4).
Son muchos los restaurantes y bares que podrás encontrar en los soportales de la Plaza Mayor y en los callejones que dan acceso a ella. Es más, te diremos que en algunos de ellos es donde podrás disfrutar del famoso bocata de calamares. Además, gusta mucho entre quienes nos visitan dejarse caer por el Mercado de San Miguel y moverse de puesto en puesto probando sus selecciones de vinos y manjares varios. Y si necesitas inspiración, siempre puedes consultar nuestro reportaje sobre restaurantes, bares y azoteas del centro de Madrid. Una completa selección que incluye desde los clásicos de siempre (tortilla, cocido, torreznos, bravas…) a otros recién llegados, que ponen sobre la mesa interesantes e innovadoras propuestas.
Teniendo en cuenta que tiene más de 400 años, son muchos los usos a los que la Plaza Mayor se ha ido destinando a lo largo del tiempo. Desde los actuales mercadillos navideños y conciertos hasta representaciones de teatro, pasando por corridas de toros, ejecuciones y juicios de la Inquisición.
La estatua ecuestre que ocupa el centro de la plaza representa a Felipe III, aunque te diremos que no siempre ha estado aquí. Se terminó de construir allá por 1616, pero no fue hasta 1848 cuando la reina Isabel II se la cedió a la ciudad. Hasta entonces, había custodiado la entrada a la Casa de Campo. Hay que decir también que durante las dos repúblicas fue retirada de esta ubicación.
En la actualidad, tiene un estilo neoclásico, obra de Juan de Villanueva.
Para estar al tanto de todo lo que puedes hacer en Madrid, no dejes de consultar esta información.
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