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14 misterios, secretos y leyendas de Madrid que seguramente no conoces

Historias de fantasmas, pero también de personajes míticos de carne y hueso. Fenómenos sobrenaturales... y otros no tanto. La verdad está ahí fuera

Dani Cabezas
Colaborador: Isabel Gil
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Hay historias de Madrid que permanecen ocultas. Mitos y leyendas que no aparecen en las guías turísticas, salvo (quizá) en las que se centran en el siempre atractivo mundo del misterio o los rincones de Internet dedicados a lo estrambótico. Algunas de esas historias son muy populares entre los madrileños. Otras siguen sorprendiendo a quienes las escuchan por primera vez. Pero no todas son, necesariamente, inventadas: muchas son reales como la vida misma y forman parte de la historia reciente de esta ciudad. 

En Time Out hemos seleccionado algunas de esas historias. Porque estamos convencidos de que un buen madrileño debe conocer, también, el lado más oscuro de la ciudad.  

RECOMENDADO: Mitos y leyendas de Madrid.

El fantasma del Palacio de Linares

Es, con toda seguridad, una de las primeras cosas que vienen a la cabeza si hablamos de Madrid y sus fantasmas. Concretamente el de Raimundita, hija de José de Murga y Raimunda Osorio. Ambos eran hermanos, lo que no evitó que se enamoraran. Al nacer su hija, su secreto estaba en peligro, por lo que decidieron asesinarla. Su espíritu sigue vagando por las estancias de lo que hoy es la Casa de América

La Inquisición en la Plaza Mayor

En este caso el asunto no va de fantasmas: lo que ocurrió en la Plaza Mayor en los años más duros de la Inquisición es pura historia. Este céntrico lugar, hoy presente en todas las guías turísticas, fue el escenario de centenares de Autos de Fe: desde aquí partían a la hoguera los condenados a muerte. También se celebraban ejecuciones en la Plaza Mayor. En concreto, 359 desde 1642 a 1809, efectuadas a garrote vil o en la horca.

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Los vampiros del Matadero

Desde su construcción hasta su reciente uso como centro de exposiciones, el Matadero fue un lugar que hizo honor a su nombre: cada día se quitaba allí la vida a centenares de animales para abastecer de carne a la capital. Lo que poca gente sabe es que la sangre que corría por los suelos del lugar atraía a numerosos madrileños, que acudían cada mañana a llenar sus vasos con sangre caliente de animales recién sacrificados. Un reportaje publicado en 1933 en la revista 'Estampa' certificó la existencia de estos "vampiros" en la capital, lo que desató un gran escándalo social.

Un oso furioso en el Campo del Moro

Si has paseado por este hermoso parque, entenderás por qué ha sido escenario de infinidad de leyendas. Una de las más célebres es la que tiene por protagonista a Juan II de Castilla, proclamado rey a principios del siglo XV y con sólo 14 años. El joven rey era aficionado a los espectáculos con fieras, lo que le llevó a contratar a uno de los más populares domadores de osos. Un hombre que trataba con extrema violencia a los animales, lo que llevó a uno de ellos a devorarle en una oscura noche. Desde entonces, y durante siglos, muchos afirmaron escuchar los gritos del hombre de cuando en cuando. 

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El diablo en la Puerta del Sol

Hubo un tiempo en que los franceses eran detestados como pocos europeos. De ahí surgió la leyenda de que el mismísimo Satanás se apareció en la Casa de Correos, hoy sede de la Comunidad de Madrid, para advertir de que el edificio en construcción estaba maldito. ¿El motivo? Que había sido diseñado por un francés, Jacques Marquet. La creencia no quedó en anécdota: el edificio llegó a ser bendecido por un sacerdota para ahuyentar al maligno, pero como el diseño se mantuvo intacto, hay quien asegura que Satanás nunca abandonó el lugar. 

El cabaret Satán

Y de un demonio que formó parte de la leyenda... a otro 100% real. Al menos, en el nombre de uno de los lugares de ocio que más ira desataron entre los grupos católicos durante la España de la República. Inaugurado en 1934, el Cabaret Satán rendía homenaje al infierno en su decoración y organizaba fiestas satánicas en tono lúdico. Numerosos artistas y poetas del momento como Pablo Neruda fueron asiduos al local, ubicado en el Pasaje Doré. Una vez instaurado el franquismo, fue rebautizado como Tarzán. 

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El crimen de la calle Fuencarral

Convertida hoy en un eje comercial, la calle Fuencarral dio nombre a uno de los crímenes más populares de la España de finales del s. XIX. El año en el que Jack el Destripador actuaba en Londres, 1888, en el número 109 de la calle (el 95 actual), apareció asesinada Luciana Borcino, viuda de Vázquez Varela. El crimen conmocionó a la sociedad madrileña: durante meses, las mujeres no salieron solas a la calle. Fue tambien uno de los primeros casos cubiertos masivamente por la prensa e incluso inspiró la obra 'El crimen de Fuencarral' de Galdós. Los hechos terminaron en la última condena por garrote vil. La ajusticiada fue la sirvienta Higinia de Balaguer Ostalé, de 28 años, a cuya ejecución acudieron 20.000 personas. 

Un Rey Mago nazi en Madrid

Si tienes un abuelo que fue niño en el Madrid de 1941, es posible que recuerde lo que ocurrió en aquellas Navidades. Sólo dos años después de haber acabado la guerra, el régimen de Franco tuvo una idea: invitar a un representante de Hitler para que entregase juguetes a los niños en la puerta de la embajada alemana, ubicada en la confluencia del Paseo de la Castellana y la calle Fortuny. 

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El viaducto de los suicidas

El viaducto de Segovia fue, durante años, uno de los lugares de Madrid que más suicidios presenció. No en vano, el Ayuntamiento acabó protegiendo sus laterales con la mampara de metacrlato que aún hoy luce para tratar de disuadir a quienes quisieran arrojarse al vacío. En total, 23 metros de altura para el que, durante mucho tiempo, fue uno de los lugares públicos más altos desde los que quitarse la vida. 

El caso Vallecas

Los aficionados al misterio que tengan una cierta edad recordarán los hechos acaecidos en el popular barrio de Vallecas allá por 1991. Lo que empezó con unas niñas practicando la ouija acabó en toda una serie de fenómenos paranormales: cuchilllos voladores, objetos que ardían sin causa aparente, voces, muebles que se desplazaban solos... El caso acabó dando como resultado el único expediente policial en España que ha recogido sucesos paranormales: el inspector jefe Pedro Negri corroboró todo lo que decían los testigos. 

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Cadáveres bajo el Reina Sofía

Mientras disfrutas del Guernica, bajo tus pies yacen centenares de cadáveres. El edificio que hoy alberga el Museo Reina Sofía fue en el pasado un hospital de tuberculosos y, anteriormente, el lugar donde iban a parar los mendigos moribundos. No es de extrañar que, durante las obras para reconvertir el lugar en museo, se hallaran bajo sus cimientos toda clase de restos humanos e incluso momias. 

La caza de ratas

Ocurre en todas las grandes ciudades: a veces, cuando cae la noche, no es difícil ver ratas correteando entre las alcantarillas y jardines de Madrid. En su momento, la presencia de estos roedores llegó a ser un grave problema de salud pública, especialmente en los barrios más humildes de la capital. Por ello, sus vecinos solían competir para hacerse con el premio a la rata más grande. Armados con piedras y palos, salían a la caza de las ratas en la que era una singular manera de protestar por la situación de abandono que sufrían.

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Las estatuas asesinas

El 8 de febrero de 1760 el rey Carlos III ordenó que fueran retiradas de las cornisas del Palacio Real las más de 100 esculturas que adornaban el edificio. Su madre, Isabel de Farnesio, había soñado la noche anterior que las estatuas se derrumbaban sobre ella causándole la muerte. Todas las obras permanecieron durante años en uno de los sótanos del palacio, hasta que Isabel II llegó al trono. Las diferentes esculturas se repartieron por la ciudad y muchas de ellas son las que hoy adornan los jardines de la Plaza de Oriente, aunque las malas lenguas aseguran que debido a cómo fueron guardadas, algunas quedaron sin poder identificar a qué personaje representaban y en otras la figura no corresponde con la placa.

El mayor ataúd de la ciudad

Son muchas más las misteriosas historias que recorren las calles y edificios de la ciudad. Apariciones, fantasmas, Satán... se unen a otro misterio de uno de los edificios más importantes de la capital, el Teatro Real. La forma del edificio es como la de un ataúd, y aunque la versión oficial explica que se debe a que el arquitecto municipal, Antonio López Aguado, tuvo que adaptar la construcción al terreno donde se sitúa, algunas lenguas apuntan a que la forma rinde homenaje a una fosa común o cementerio cercano. 

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