Cubren paredes y fachadas, inunando de verdor y frescura el espacio que ocupan. Cada vez es más frecuente encontrarnos con estos jardines verticales tanto por las calles de la ciudad como en restaurantes, tiendas o incluso oficinas. Son la solución perfecta para convertir un simple muro en un pequeño reducto de la naturaleza, además de ser un complemento perfecto de decoración. Os invitamos a descubrir algunos de lo más espectaculares de la ciudad.
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Seguramente sea el jardín vertical más conocido de la ciudad, tanto por sus dimensiones (460 metros cuadrados) como por su ubicación, en la fachada del centro cultural CaixaForum. Diseñado por Patrick Blanc, botánico francés y pionero en este tipo de construcciones, cuenta con más de 15.000 plantas, autóctonas y foráneas, que sobreviven gracias a un flujo continuo de agua y nutrientes, sin un gramo de tierra.
Con 4.200 metros cuadrados y capacidad para 700 comensales, esta marisquería ubicada en Alcorcón presume de ser la más grande de Madrid. Y como todo en este espacio es a lo grande, no podía ser menos su jardín vertical, del que afirman que es "el jardín vertical interior más grande de Europa". Para que os hagáis una idea, 350 personas respirarían con el oxígeno que este manto verde produce al año.
¿Un jardín vertical dentro de un hotel? Sí, el Santo Domingo invirtió más de 480.000 euros en crear este jardín colgante de más de 1.000 metros cuadrados de superficie y 23 metros de altura. Cuenta con más de 260 especies de plantas de diferentes e incluso con 8 árboles de más de 5 metros de alto. Además, para añadir un toque aún más refrescante, este jardín incluye una cascada de 20 metros de altura. Un auténtico oasis a pocos pasos de la Gran Vía.
Este es sin duda el jardín vertical a mayor altura de la ciudad y de Europa, ya que ocupa se sitúa por encima de los 200 metros de altura. Tiene una superficie de 600 metros cuadrados y ha sido diseñado por el mismo botánico que implementó el del CaixaForum, Patrick Blanc. Igual que el del centro cultural, no necesitan un sustrato de tierra para crecer ya que lo hacen gracias a un fieltro irrigado de sustancias nutritivas.
Probar algunos de los mejores quesos de la ciudad al refugio de un refrescante jardín vertical es un placer del que podemos disfrutar en plena calle de José Abascal. Este jardín se extiende por 60 metros cuadrados y esta formado por más de 500 plantas diferentes, que provocan una bajada de temperatura y un microclima distinto al del resto del restaurante y cava de quesos.
En pleno centro de la ciudad, en la calle Montera, encontramos esta fachada vegetal que cubre el exterior de las oficinas de Civitatis. En sus 200 metros cuadrados de superficie crecen 8.000 plantas de 22 especies diferentes, seleccionadas cuidadosamente para que se adaptasen al clima madrileño.
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