Un templo imponente, frente a cuyas características ventanas redondas posó Miguel Hernández. La Iglesia de San Francisco de Sales fue construida entre 1926 y 1931 por el arquitecto Joaquín Saldaña, autor de no pocos palacetes en el Madrid más señorial. Sin duda visitarla es una de esas cosas que hacer en Tetuán (Madrid). No en vano, es todo un icono del lugar que puede presumir de contar con la segunda cúpula más grande de la ciudad, sólo superada por la que corona la Basílica de San Francisco el Grande.
'Los ojos'. Es lo que significa la palabra bereber Tiṭṭawin, de la que procede el nombre de uno de los distritos con más solera de la capital. Es también uno de los más diversos: caminando por sus calles uno puede darse de bruces con los rascacielos de la Castellana, pero también con humildes viviendas centenarias. Cruzar grandes vías comerciales como Bravo Murillo, pero también sentirse como en un pueblo en estrechas callejuelas, con todas las posibilidades de cosas que hacer en Tetuán (Madrid) que ello supone.
Puede que, en el fondo, esa sensación no esté muy desencaminada. Hasta 1948, Tetuán formó parte de un municipio independiente de la capital, Chamartín de la Rosa. Y su espíritu vive en los más de 150.000 habitantes del barrio. Entre ellos hay de todo: una clase media acomodada, pero también un elevado índice de población inmigrante. Población envejecida, pero también jóvenes que buscan la cercanía al centro de la capital a precios más asequibles.
Me recuerda al Lavapiés de hace unas décadas, y correrá su mismo destino
Raquel creció en el barrio, que recuerda "como un pueblo", cuenta. "Un lugar en el que las señoras sacaban la silla a la puerta de su casa tras hacer sus labores. Con el tiempo, muchas de esas casas bajas que había en mi niñez han ido desapareciendo", rememora con cierta nostalgia. Ya entonces se percibía un importante contraste entre un lado de la calle Bravo Murillo y el otro. "Eran dos mundos completamente distintos".
Hernán, un joven arquitecto, vive en la margen izquierda, en la zona de Bellas Vistas. "A mí me recuerda al Lavapiés de hace unas décadas", cuenta. "En cierto modo, siento que Tetuán está algo cerrado en sí mismo: la gente de Madrid ni lo mira, ni lo conoce, pero todas las miradas de los especuladores ya están puestas aquí, y pronto correrá el mismo destino que Lavapiés. Por el momento, eso sí, las promociones inmobiliarias aún conviven con las peluquerías, las santerías y las tiendas de repostería regentadas por dominicanos".
Diverso e intrincado, pero lleno de encanto. Te descubrimos algunos de sus rincones que no debes dejar pasar, así como un buen puñado de cosas que hacer en Tetuán (Madrid).