Cementerio de la Almudena
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10 curiosidades de los cementerios de Madrid que te dejarán muerto

Desde la Almudena a la Sacramental de San Isidro, el cementerio británico o el único camposanto dentro de una rotonda, también en Madrid

Noelia Santos
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No hace falta esperar al día de Todos los Santos (o la noche de Halloween) para acercarse a los cementerios de Madrid y descubrir sus curiosiddes, que son muchas: desde una línea de autobús que cruza el cementerio más popular de Madrid hasta el cipresal más importante de Europa, una exposición un tanto fúnebre o enterramientos curiosos y variopintos (como dos supervivientes del Titanic). Porque los cementerios de Madrid, además de cadáveres y almas en reposo, guardan algún que otro secreto que ahora desvelamos en esta ruta diferente por Madrid

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Un autobús urbano entre las sepulturas

No hay muchos cementerios que cuenten con su propia línea de autobús, y uno de ellos es el Cementerio de la Almudena. La línea que cruza la necrópolis es la 110, con salida desde la plaza de Manuel Becerra; y una vez dentro del cementerio, el recorrido serpentea por entre las diferentes sepulturas, nichos y columbarios, con 12 paradas. Durante el puente de todos los Santos, el autobús del cementerio suele estar de lo más concurrido de familiares (en su mayoría de avanzada edad) que acuden con ramos de flores a visitar a sus difuntos. 

El cementerio más grande de Europa está en Madrid

Y el cementerio más grande de Europa es... la Almudena. Actualmente cuenta con 120 hectáreas y, para ser precisos es el más grande de Europa occidental. Aunque no ostenta otros títulos, como el de ser el cementerio más visitado del mundo: de eso presume el Père-Lachaise de París (en él están enterrados Molière, Chopin, Oscar Wilde o Delacroix). Tampoco es el más bello de Europa (el de Génova sí, considerado como un museo al aire libre), a pesar de contar con grandes piezas del arte y la arquitectura de gran valor histórico, artístico y patrimonial; más de 300 están protegidas. 

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El único cementerio dentro de una glorieta

Villanueva de la Cañada tiene el único cementerio dentro de una glorieta. Pero, ¿cómo han llegado las tumbas hasta allí? La respuesta hay que buscarla en el desarrollo urbanístico. El antiguo cementerio del Cristo se levantó en el año 1933, y quién iba a pensar entonces que la ciudad crecería tanto como para tener que reubicarlo, sin trasladar ni una sola de sus tumbas, dentro del nuevo mapa de la ciudad. Y eso es precisamente lo que ha sucedido con el paso de los años: cerrado desde el año 2002 (Villanueva cuenta con un nuevo camposanto, más grande y más alejado del casco urbano), fue cercado en 2008 dentro de una rotonda en la avenida de la Dehesa, una de las principales arterias que circunvalan la ciudad. 

(Casi) más muertos en el cementerio que vivos en la ciudad

Si atendemos a su demografía, se puede decir que en el cementerio de la Almudena 'viven' casi más personas que en la propia Comunidad: según el censo del cementerio, alrededor de cinco millones de difuntos descansan en el camposanto (contabilizando las tres necrópolis que aguarda tras sus muros: la cristina, la civil y la hebrea). Una cifra próxima a los más de seis millones de personas censadas en la actualidad. 

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El cipresal más importante de Europa está aquí

¿Dónde? En el Cementerio de San Isidro que, por cierto, es el cementerio más antiguo de Madrid (levantado en 1811). Dentro de los 120.000 metros cuadrados que ocupa este camposanto se encuentra el cipresal más importante de Europa, con más de 200 años de antigüedad. Y en 2011 cumplió su bicentenario. Sin embargo, a pesar de ser un hito más que interesante, despierta menos interés del que cabría esperar. Quizá por su ubicación, lo que hace que parezca algo tétrico, cuando no lo es. 

De supervivientes del Titanic a aviadores de Hitler

Además de personajes ilustres, literarios y políticos, en el cementerio sacramental de San Isidro reposan los restos de dos supervivientes del Titanic. Una de ellas es María Josefa de la Cruz Pérez de Soto y Calleja, una de las grandes damas de la sociedad madrileña que se embarcó en el Titanic junto a su marido Víctor. Solo Josefa sobrevivió al hundimiento (su marido pereció en aguas del Atlántico norte) y su panteón está aquí. Menos románticos (y más polémicos) son los restos de ocho miembros de la Legión Cóndor, capitaneada por Hitler durante la Guerra Civil española, que reposan en la Almudena. Sobre sus tumbas reposaba una placa con un letrero que decía: 'Aviadores alemanes muertos por Dios y por España. ¡Presentes!, que fue retirada por el Ayuntamiento de Carmena. 

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El cementerio de los extranjeros, como Loewe o Lhardy

Es pequeño, es desconocido, pero sus más de 150 años de antigüedad guardan historias y enterramientos de lo más curiosas. Se trata del cementerio Británico, levantado en 1854 en Carabanchel y gestionado por la Embajada Británica para acoger los restos de los extranjeros que no podían ser enterrados en cementerios católicos. Aquí están, entre otros, los restos del alemán Heinrich Loewe Rössberg (y sus generaciones posteriores), el emprendedor alemán que triunfó en el mundo de la marroquinería fundando una de las firmas de lujo más prestigiosas del mundo de la moda. También los de Margarita Kearny Taylor, la británica que fundó el mítico salón de té inglés del paseo de la Castellana (en pie hasta hace no mucho; el salón de té, no Margarita); y Emilio Lhardy, fundador del restaurante más conocido de la ciudad por preparar uno de los mejores cocidos madrileños, entre otros guisos.

Bien de Interés Patrimonial, y la tumba de Bécquer

Sin salir de Carabanchel, en la Sacramental de San Lorenzo y San José, un cementerio con 13 patios de enterramiento que está declarado bien de interés cultural de la Villa de Madrid. Y, más allá de la belleza de sus nichos y panteones, entre sus ilustres difuntos, un nombre propio destaca por encima de otros: Gustavo Adolfo Bécquer, cuyos restos reposaron aquí hasta 1913, fecha en la que fueron trasladados hasta Sevilla. 

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Exposición de carruajes fúnebres

El cementerio de la Almudena, reconocido museo al aire libre por la cantidad de joyas arquitectónicas que posee, acoge también una exposición de antiguos carruajes fúnebres. Nada que ver con los coches que se utilizan en la actualidad. Se trata más de una colección de reliquias sobre ruedas que muy utilizadas entre finales del siglo XIX y finales del XX, de uso casi en exclusiva por personas adineradas de la época.

Los restos de los fusilados del 3 de mayo

Los fusilamientos del 3 de mayo, pasaje célebre de la historia de España en guerra contra la dominación francesa, fue inmortalizado por Goya en una de sus obras más conocidas (en el Museo del Prado). Lo que no sabe mucha gente es que los restos de más de 40 patriotas que lucharon por España y que murieron por fusiles franceses descansan en el cementerio de la Florida, como recuerda el libro titulado El Cementerio de la Florida, escrito por Luis Miguel Aparisi y publicado por Ediciones La Librería. Y para tenerlo aún más presente, una representación en cerámica del famoso cuadro preside la puerta de entrada. ¿Por qué en cerámica? Porque muy cerca de aquí se encuentra la Escuela de Cerámica de Madrid, donde fue creado.

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