1. El zoo humano
Uno de los episodios más vergonzosos de la historia colonial europea fueron los conocidos como zoos humanos, en los que se mostraba a indígenas traídos de los rincones más remotos del mundo. Madrid también tuvo uno, y estuvo en el Retiro. Concretamente en las inmediaciones del Palacio de Cristal, donde en 1887, y con motivo de la llamada 'Exposición General de Filipinas', se habilitó un espacio para los indígenas en el que se recreaban las condiciones de vida de sus lugares de origen. La prensa de la época invitaba a los madrileños a contemplar de cerca a un grupo de indígenas filipinos “junto a algunos igorrotes, un negrito, varios tagalos, los chamorros, los carolinos, los moros de Joló y un grupo de bisayas”.