4 claves para convertirse en un 'filmmaker' sin morir en el intento

¿Os suenan nombres como Robert Rodríguez, David Lynch o Gus Van Sant? Son muchos los grandes directores de cine que lo hacen casi todo en sus películas: edición, dirección de fotografía, composición de la música, posproducción... Corren buenos tiempos para el 'do it yourself' (hazlo tú mismo): cada vez son más los jóvenes (y no tan jóvenes) que desarrollan grandes habilidades a la hora de planificar, producir material adiovisual de lo más variado. Desde una pequeña pieza para Instagram Stories hasta un ambicioso y complejo videoclip musical. Sin embargo, este escenario exige, más que nunca, un dominio completo de las distintas competencias necesarias de cara a garantizar la autosuficiencia.

Llega un momento en la vida en que toca pensar en el día de mañana. ¿Eres un genio creando contenido audiovisual para redes sociales? ¿Lo petas con tus vídeos en TikTok o en Instagram Stories? Podrías dedicarte a ello como freelance. Pero hay muchas más opciones. De hecho, las salidas del sector audiovisual son casi infinitas, y van más allá de ámbitos como el cine, las series o la publicidad. Los alumnos y alumnas que se apunten al curso intensivo de la ECAM adquirirán las habilidades que les permitirán trabajar como realizadores de contenidos para nuevos formatos en productoras, empresas de transmedia o agencias de publicidad. O podrán ser responsables de contenidos para eventos, programas de tv en streaming, branded content, etc. El límite es la propia imaginación. 

Rosalía, Bad Bunny, C Tangana. Da igual de qué artista hablemos. A poco que te interese el mundo de la música, seguro que sabes bien que detrás de un gran artista hay todo un equipo de gente que reúne los conocimientos necesarios. Pasa lo mismo con el mundo del cine y de las series. Y es que, a la hora de convertirse en un filmmaker de éxito, hay mucho a lo que prestar atención. La creación y consolidación de una marca personal, la importancia del posicionamiento y el marketing, las nociones básicas para preparar presupuestos, las claves para enfrentarse a una reunión.... De la mano de los mejores profesionales, la ECAM ha tenido en cuenta todos esos factores y los ha plasmado en su curso intensivo. 

Es posible que recordéis el primer vídeo que grabasteis con el móvil: seguramente fue algo parecido a un desastre. Pero con la experiencia, todo mejora. Por eso, y aunque toda formación ha de tener una parte puramente teórica, es igualmente esencial es el contenido práctico. El curso intensivo de la ECAM dedica a ello buena parte de su tiempo. A las 650 horas lectivas se le añaden 300 horas de prácticas en las que los estudiantes podrán realizar sus propios proyectos audiovisuales. Trabajos que no sólo les harán aprender, sino que también serán enormemente valiosos de cara a ser incluidos en su portfolio.