Callejón de San Ginés
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10 calles escondidas de Madrid para visitar hoy mismo

Madrid cuenta con toda una serie de calles poco conocidas, casi secretas, que esconden historias de lo más curioso

Dani Cabezas
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Por mucho que seas un madrileño de pro, es más que probable que en alguna ocasión te hayas perdido por las calles de la capital. De vez en cuando, hacerlo es un bonito ejercicio para resintonizar con tu ciudad. Y, de paso, también para conocer rincones ocultos con los que Madrid es capaz de seguir sorprendiéndote. Seleccionamos para ti diez de esas calles prácticamente secretas. Lugares para descubrir... o redescubrir. 

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1. Pasadizo de San Ginés

Debido a su escasa anchura, este coqueto pasadizo siempre fue peatonal. Bajo sus arcos pasan cada día muchos madrileños, ya sea para comprar libros en la librería del mismo nombre (a menudo, dispuestos en la calle), o para degustar churros en una de las chocolaterías más famosas de la capital, también bautizada como el santo en cuyo honor se construyó la Iglesia de San Ginés de Arlés, que colinda con el propio callejón. Un lugar sencillamente mágico. 

2. Calle del Codo

Pasar por este callejón en el que apenas llega la luz nos teletransporta, inevitablemente, al Madrid del Siglo de Oro. La calle del Codo, bautizada así por el Marqués de Grabal debido a su caprichosa forma con ángulo de 90 grados, une dos de las plazas más pintorescas del centro: la del Conde de Miranda y la de la Villa. Se dice que era escenario habitual de duelos, pero también que era el escenario favorito de Francisco Quevedo para orinar cuando volvía de visitar las castizas tabernas de alrededor.

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3. Calle Rompelanzas

Su nombre lo dice todo. La calle Rompelanzas une dos de las vías más emblemáticas y comerciales de toda la capital, Preciados y el Carmen, y puede presumir de ser la calle más corta del casco histórico de Madrid. Nació como atajo para caballerías, y cuyos baches hacía que muchos carruajes rompieran allí las lanzas de sus caballos, entre otros los de dos personajes de renombre en el siglo XVI, el corregidor Luis Gaytán de Ayala y el presidente del Consejo de Indias, Juan de Ovando. 

4. Pasaje de la Caja de Ahorros

A escasos metros de la Puerta del Sol se encuentra una de esas pequeñas calles peatonales por las que nadie pasa. Construido en 1944, el Pasaje de la Caja de Ahorros, llamado así por las oficinas de Caja Madrid (hoy Bankia) allí ubicadas, puede parecer un lugar intrascendente. Sin embargo, cuenta con una historia de lo más curiosa (el tuitero @fos_qi la contó con detalle). Aquí estuvo uno de los locales más concurridos de finales del siglo XIX y principios del XX, el Café Colonial, que fue escenario de importantes tertulias literarias. En sus mesas se sentaron, entre otros, Galdós, Rubén Darío,​ León Trotsky o Jorge Luis Borges.

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5. Pasaje de Matheu

Cuando, en 1836, se demolió el Convento de Nuestra Señora de las Victorias, un adinerado comerciante madrileño llamado Manuel Matheu adquirió el solar. Allí quiso construir un bulevar al más puro estilo parisino, ciudad que le fascinaba. Y lo hizo. A finales de siglo era uno de los lugares con más vida de Madrid, y allí se ubicaron dos cafés inspirados en el refinamiento galo: el Café de Francia y el Café de París. Hoy sigue siendo uno de los lugares preferidos para tomar cañas tanto por madrileños como por turistas.

6. Plazuela de San Javier

En pleno Madrid de los Austrias existe una plaza minúscula, considerada las más pequeña de la ciudad, que sin embargo tiene una gran historia. En la Plazuela de San Javier hay un palacio de fachada roja que, se cree, pudo ser la residencia del aposentador de Felipe II. En el lugar también se ubicó un mesón que frecuentaba el legendario bandolero Luis Candelas. Incluso la inolvidable zarzuela 'Luisa Fernanda' está, en parte, ambientada aquí. Ramón Gómez de la Serna definió el lugar como "un recodo de meditación en que se fragua lo muy madrileño". Así que ya sabes: déjate caer por allí... y a meditar 

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7. Callejón de Jorge Juan y Puigcerdá

Se ha convertido en uno de los planes más chic del barrio de Salamanca. El callejón de Jorge Juan y su vecina calle peatonal de Puigcerdá es un cotizado rincón en el que sentarse a tomar algo o hacer compras, siempre y cuando lo tuyo sea el lujo... y puedas permitírtelo. ¿Una recomendación gastronómica? No dejes de probar las 'papas arrugás' de Los Gallos. 

8. Pasaje Doré

Quizá sea porque estamos un poco hartos de la omnipresencia de los coches, pero caminar por un pasadizo estrecho siempre tiene un encanto especial. El Pasaje de Doré, que desemboca en el cine del mismo nombre, es utilizado frecuentemente por los comerciantes del mercado para mostrar su género. ¿Una curiosidad? Aquí estuvo durante la segunda república el Cabaret Satán, un lugar de esparcimiento inspirado en la figura del demonio que desató las iras de los católicos. 

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9. Corrala de Tribulete

Es una de las corralas más famosas de Madrid. Y aunque no es exactamente una calle, el indudable encanto de este rincón lo hace merecedor de estar en esta lista. Declarado Monumento Nacional en 1977, data de 1872. El lugar, representativo como pocos del viejo Madrid, inspiró la zarzuela 'La Revoltosa'. Hoy en día se puede ver todo su interrior desde el número 1 de la calle Mesón de Paredes debido a que el edificio que cerraba la manzana fue derribado. 

10. Cuesta de los Ciegos

Desde la calle Segovia hasta la plazuela de la Morería, donde comienzan los encantadores Jardines de las Vistillas, discurre una de las calles más empinadas del Madrid de los Austrias. La Cuesta de los Ciegos cuenta con un total de 254 escalones, bajo los cuales discurre un intrincado sistema de pasadizos de dos metros de alto por uno de ancho que llegan hasta el Palacio Real, y por el que, presuntamente, pasaban  quienes deseaban huír de la ciudad sin ser vistos. 

WTTDMadrid

  • Arte
  • Centro
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Como la nebulosa OH 231.84 +4.22 o nebulosa de la calabaza, los irunmolé, espíritus de la religión yoruba, también habitan en el cielo. En esta intersección entre ciencia y tecnología y espiritualidad y decolonización se mueve la propuesta que la artista francesa Tabita Rezaire presenta en el Museo Thyssen de la mano de la fundación TBA21. En la muestra, la artista crea un espacio seguro donde conectar con una ancestralidad que nos guía hacia una conexión con la naturaleza mediante tres grandes piezas que ha producido este año.

'Omu Elu' es la primera obra que encontramos al entrar a la sala, a modo de introducción, y está dedicada a Yemoja, la madre orisha en la religión yoruba. Rezaire utiliza el índigo para teñir seis textiles con diferentes tonos de azul, que representan las diferentes facetas divinas de Yemoja.

A continuación, nos adentramos en 'Des/astres': una gran cabaña que imita un 'cabet', un espacio de reunión típico de la Guayana Francesa, país donde reside Rezaire. Dentro nos podemos tumbar en una de las hamacas amerindias, cosidas a mano, para ver un vídeo que se proyecta en el techo. En él aparecen testimonios y entrevistas a científicos, investigadores y guardianes de la sabiduría ancestral, de manera que la ciencia y la espiritualidad se entremezclan para entender el cosmos desde múltiples puntos de vista. Una potente pieza que consigue conectar con el espectador y provocar una reflexión en torno a qué conocemos y de qué manera.

Por último, 'OMI: Templo de Yemoja' rinde homenaje a la orisha Yemoja y celebra el agua como fuente de vida. Se trata de una instalación transitable, una especie de templo portátil donde realizar ofrendas de miel, copos de avena y coco e índigo, para pedir el comienzo de algo, su desarrollo o su fin. Un espacio dedicado al autoconocimiento y la sanación a través de prácticas espirituales que nos conectan simultáneamente con el ahora más científico y el pasado más ancestral.

  • Qué hacer
  • Barrio de Salamanca

ABC Serrano cuenta en su planta primera con un espacio interactivo gratuito que acerca la cultura de las máquinas recreativas, con una exposición que incluye las más míticas y representativas de la década de 1980 como el Tetris, Bubble Bobble o Galaxian.

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  • Arte
  • Lavapiés

La artista multidisciplinar Grada Kilomba protagoniza su primera presentación individual en España. 'Opera to a Black Venus' invita a reflexionar sobre qué nos diría mañana el fondo del océano si hoy se vaciara de agua. La muestra cuenta con performances, coreografías, videos, instalaciones escultóricas y sonoras a gran escala que la artista utiliza para interrogar los conceptos de violencia y repetición.

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