1. El Pajar de Tía Paula en Braojos
A cincuenta minutos en coche desde Madrid y a 1200 metros de altura se encuentra el pequeño pueblo de Braojos, en la Sierra Norte. Un pueblo de marcado carácter rural, atravesado por cinco vías pecuarias y en el que la principal actividad sigue siendo la agropecuaria. ¿Y qué mejor lugar para alojarse y descubrir desde allí el entorno que un pajar rehabilitado con encanto? El Pajar de Tía Paula, con más de cien años de antigüedad, os encantará. Tiene un patio amplio, con suelo de piedra, y el interior combina suelos y techos de madera con paredes de piedra vista. ¡Encantador!