5 momentos clave de la cultura en Madrid en los últimos años

Fue la foto más ‘instagrameada’ de los madrileños en 2017. Nuestra plaza más icónica se cubrió con un de círculo de setenta metros de diámetro y una superficie de 3.500 metros cuadrados de césped natural durante cuatro días a finales del mes de septiembre. Fue la intervención de SpY para celebrar el cuarto centenario de la Plaza Mayor y fue un éxito absoluto. Las conmemoraciones se han alargado hasta principios de 2018: la última de ellas es la instalación de una enorme escultura de luz flotante que nos dejó a todos hipnotizados.  

Desde que se aprobara la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo en España en el año 2005, hemos sido pioneros en la defensa de los derechos del colectivo LGTBI. Y una buena muestro de ella son las fiestas del Orgullo Gay que cada año atraen a la ciudad a miles de visitantes, no solo para pasárlo bien, sino para seguir luchando por muchos avances que aún quedan por lograr. De hecho, en 2017 fuimos la capital mundial del Orgullo gracias a la celebración en Madrid del Worldpride.

La sequía festivalera que vivíamos en Madrid acabó (¡por fin!) con el nacimiento de grandes festivales que nada tienen que envidiar a otros de primer nivel tanto a nivel nacional como Europeo. Hablamos, claro, del Mad Cool, que en su primera edición logró superar los 100.000 espectadores y traer a la ciudad a grupos como The Who o Neil Young. Pero no ha sido el único. Las Noches del Botánico, el A Summer Story, el Download Festival, el Mulafest, el Dcode… por suerte ahora tenemos mucho donde elegir.

Sí, el microteatro tuvo su origen en Madrid. Concretamente, en un viejo prostíbulo de la ciudad en noviembre de 2009. En este antiguo burdel, casi 50 artistas se reunieron para crear una obra teatral en cada una de las 13 habitaciones de una duración aproximada de 15 minutos para un público de unas 10 personas. Este nuevo concepto de acercar el teatro casi hasta un palmo de nuestras caras convirtió la experiencia en todo un éxito que más tarde se exportó a otras ciudades de España e incluso fuera de nuestras fronteras (Miami, Méxcio, etc.)

Los menores de 25 años siempre habían sido dejado al margen de los cambios más relevantes en el panorama cultural de la ciudad. Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos años. Tres ejemplo de ello son el acceso a menores de edad a las salas de conciertos, que se logró gracias a la plataforma ciudadana ‘Queremos entrar’; la entrada gratuita al Museo Thyssen-Bornemisza para menores de 18 años que entró en vigor hace unos meses; y la salida del JOBo, el abono cultural para jóvenes de entre 16 y 26 años que permite el acceso gratuito a los centros culturales del Ayuntamiento de Madrid.