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De un huerto de Tudela al corazón de Madrid. Concretamente a Génova, 21. Así es la vuelta a la capital de Floren Domezain, conocido como "el rey de las verduras". Mitad cocinero, mitad hortelano, el navarro regresa de la mano de El Grupo La Fábrica, un sello con más de 30 años de experiencia en la hostelería madrileña. Y en invierno es una época inmejorable para tomarle el pulso a su cocina.
En esta nueva vida capitalina vuelve a poner en el pedestal un producto soberbio y bien tratado (del tomate -al que nuestro protagonista llama "solomillo de la huerta"- a la borraja o las alcachofas) pero no solo. La carta de obvia ascendencia vasco-navarra completa la parte vegetal con un bacalao al pil pil con piperrada casera o unas delicias de merluza rebozadas y, en la parte carnívora, un espléndido chuletón, unas mollejas o una pluma ibérica. Para los que vayan más veces, otra opción puede ser compartir uno de sus arroces, cocinados a la brasa. Sí, lo hay de verduras pero también de rabo de toro e incluso a la cubana. Porque Floren es así. Después de él, rompieron el molde.
Más allá del vistoso y característico jardín vertical de lechugas vivas, un interiorismo elegante (gobernado por notas de artesanía y cerámica y tonos apagados) y la cada vez más omnipresente sección de coctelería, en esta casa manda el producto de primer orden venga de su propia huerta o de proveedores externos, siempre ejecutado de manera tradicional. Un valor refugio lejos de modas. Entrantes de nivel -de las anchoas al jamón- y postres famosos y sugerentes como el sorberte de tomillo salvaje cierra la oferta.
