[title]
Cerrada de 2011 y en estado de abandono, la que fuera fábrica de embotellado de leche Clesa desde principios de los años 60, volverá previsiblemente a la vida. Y lo hará como el nuevo centro neurálgico de arte de Madrid, algo así como en el nuevo Matadero de la zona norte, detrás de las Cuatro Torres y justo al lado del hospital Ramón y Cajal. "Esta fábrica en desuso ofrece una inmejorable oportunidad de regenerar el entorno urbano y mejorar la demanda de equipamientos públicos y usos dotacionales y terciarios de la zona", apuntan desde el Ayuntamiento.
El edificio es en sí mismo una joyita por pulir: proyectado por el arquitecto Alejandro de la Sota, se trata de una de las primeras obras realizadas en hormigón pretensado, un material que supuso toda una revolución técnica, ya que permitía mayor flexibilidad en el uso y la optimización de los espacios. Si a eso se le añade su distribución interior, dividida en tres grandes naves paralelas, rodeadas por cuatro plantas (en su momento destinadas a oficinas), con edificios independientes aledaños (garajes, calderas...), el resultado es un edificio de dimensiones y diseño estructural únicos.
Las obras que pretende acometer el Ayuntamiento, y que ya fueron aprobadas en 2018 (desde entonces el proyecto ha estado guardado en un cajón), contemplan un proyecto que combina innovación y cultura, vinculado a eventos de interés para el distrito, pero también para la ciudad de Madrid. Es más, la antigua fábrica de Clesa ha sido incluida en el Catálogo de Edificios Protegidos con un nivel 3 de protección, con un nuevo planteamiento de zonas verdes y espacios públicos dentro de una parcela que tiene una extensión de casi 38.000 metros cuadrados.
Las pretensiones con este proyecto por parte del Ayuntamiento son tal elevadas, que incluso han presentado el proyecto a la segunda edición del concurso internacional 'Reinventing Cities' (junto con dos más, de los distritos de Barajas y Villa de Vallecas), organizado por la red de ciudades C40 para impulsar la regeneración de áreas urbanas degradas y reconvertirlas en centros de actividad. El propósito para este edificio es que tenga la máxima eficiencia energética y respete la esencia de su construcción.
Pero toca esperar (el coronavirus lo ha trastocado todo). Será en abril de 2021 cuando se sepa cuáles son los proyectos ganadores que se encarguen del desarrollo de la nueva vida de esta factoría en estado de abanadono que, previsiblemente, se convertirá en uno de los proyectos culturales y de transformación urbanística más sorprendentes de los próximos años.