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Popular, reconocido, con solera, agradable y amplísimo. El restaurante perfecto para llevarte a toda la familia de escapada a la sierra madrileña este verano (o en cualquier momento). También a los niños. Tienen hasta un parque infantil pegado al local (y muchas tronas y un menú especialmente pensado para ellos). Y sí, sus gambas son ya legendarias. Plato estrella donde los haya. No hay mesa sin su ración.
Pero no es el único marisco que ocupa las comandas en esta localización privilegiada a las afueras de Guadarrama, en una finca elegante, monumental, con su zona de césped, su estanque y un párking a la medida. En el restaurante Sala hay cigalas, carabineros y camarones gallegos... Producto de primer nivel siempre. Todo el mundo encuentra su sitio en la carta. El que va por un arroz caldoso con bogavante, el que pide su lomo de choto o la merluza a la romana.
Entre sus atractivos, además de las gambas a la plancha, están las croquetas de boletus y trufa blanca, el tartar de atún, un servicio atento, un horario ininterrumpido (de lunes a domingo siempre encontrarás algo abierto y algo que comer) y una generosa bodega donde no falta ninguno de los grandes sellos de este país.
Y si solo estáis de paso, porque habéis ido a practicar senderismo por la zona, tenéis una larga barra bien nutrida de tapas para tomar el aperitivo y darse por comido. Mucha y buena conserva, calamares a la andaluza, pijotas, boquerones fritos... y varias opciones de vermut.