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Dani Pedrosa, el chef no el piloto, comanda los fogones y las parrillas (grandes protagonistas de un restaurante que lleva bordado en sus servilletas el lema "a brasa lenta") en esta cocina de altura a poco más de una hora de la capital. De altura por la elección de las materia prima con la que trabaja y por estar a 15000 metros sobre el nivel del mar. Hablamos de un comedor con vistas a la montaña y a pie de pista que igual aún no has visitado y que, con la nieve que ha caído, vive su momento de esplendor estas semanas. Así que arranca el coche. Bueno, antes asegúrate que hay mesa.
Se llama Lobo, está ubicado en la estación de esquí de La Pinilla y manda esa cocina de temporada (con algún guiño internacional) que echa mano de proveedores locales en la medida de lo posible, nombres propios comprometidos con la sostenibilidad. Si te gustan los deportes de nieve, no hay mejor lugar para reponer fuerzas después de quitarte los esquíes... pero también si estás buscando un restaurante para comer en plena naturaleza, apúntate este rincón ya sea para venir ahora o cuando llegue el deshielo y todo el entorno sea un lugar aún más tranquilo.
Ojo con el horario de apertura porque solamente ofrecen servicio de jueves a sábado (12:00 a 24:00 h.) y los domingos (hasta las 17:00 h.) pero allí te esperan madera, la característica pizarra de la zona, chimenea y grandes ventanales para que el pinar forma parte del escenario, un escenario ideal para ir a comer con la familia, para salir de Madrid y montar una escapada con amigos para pasear por las laderas del macizo del Pico del Lobo-Cebollera o el cercano Parque Natural de la Tejera Negra.
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Las carnes, cortes nobles de Wagyu, Angus, Simmenthal o Rubia Gallega, pasan por sus brasas de carbón de encina, quebracho o manzano pero todo empieza con un atractivo despliegue de entrantes donde vais a encontrar desde tacos de jabalí a baja temperatura a croquetas de chorizo ahumado o unas las mollejas de ternera con salteado de setas.