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El local donde se instaló el primer restaurante chino en Madrid (allá por el año 1963) es ahora un pequeño templo de dim sums. A la espalda de Gran Vía, a un paso de la renovada Plaza de España acaba de abrir sus puertas Sangrila. Es el nuevo proyecto de los mismos artífices del éxito y actualización de El Buda Feliz en Malasaña.
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Y viene con algunas de las recetas domésticas de la abuela de uno de los propietarios. Alonso Zhan Zhu, Alex Zhu y Alex Ye, que pertenecen ya a la segunda generación china en España, han vuelto a dar en el clavo para el gran público.
Masas al vapor o a la plancha o incluso en sopa con varios rellenos y formas. Si los conocidos y delicioso dim sum son los reyes de esta casa en Leganitos, la calle más china fuera de Usera, la propuesta no se queda ahí. Suma tallarines caseros, casquería china y, como, una buena dosis de platos picantes. Muchos de ellos vienen de la región de Qingtian, muy famosa por sus campos de arroz con peces.