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El nuevo hotel de Ávila es tan especial y con tanta historia que, por tener, tiene hasta un pedazo de muralla en su interior. Y no es una forma de hablar. Pocos hoteles (y alojamientos, privados o particulares) pueden presumir de contar con un monumento histórico de su imponente categoría en el cabecero de la cama. Así de singular es este alojamiento de cuatro estrellas, una sorpresa que aguarda nada más atravesar la puerta de San Vicente, posiblemente la más icónica y monumental de las nueve puertas que hay en los dos kilómetros de muralla para acceder al interior de la ciudad fortificada, cuyo casco histórico está reconocido como uno de los conjuntos histórico monumentales mejor conservados de España. Y el hotel no deja de ser un homenaje a ese pasado.
Sofraga Palacio se levanta en lo que antiguamente fue la casa de los Águila (familia muy influyente en la Castilla de la época), hoy totalmente restaurada y convertida en un precioso hotel boutique de solo 27 habitaciones, gastrobar, restaurante y un patio ajardinado para eventos. Su interiorismo es de lo más actual y acogedor (en tonos neutros y materiales orgánicos), con historia pero sin estridencias. Dicho de otra manera: nadie va a encontrarse armaduras en los pasillos, pero la muralla sí, que hace de pared en habitaciones, zonas comunes y salas de una manera totalmente integrada con todo el conjunto del hotel. Y todo gracias a una rehabilitación del espacio (rescatado prácticamente de las ruinas por la firma de arquitectura Requena y Plaza) en la que se han respetado muros de sillería, ladrillo visto castellano, artesonados de madera, balconadas..., arropadas después con textiles neutros, mármoles bancos y tonos 'taupé' que aportan calma y serenidad.
Esa integración armoniosa entre pasado y presente es parte del encanto de este lugar, que con su reforma ha sabido respetar al máximo la tradición de más de mil años de historia y convertirla en una experiencia de lujo accesible y cercano, porque no hay que olvidar que Ávila está a menos de una hora y media en coche desde Madrid (o un poco más si vas en tren). La de la distancia es una buena excusa para ficharla como próxima escapada cerca de Madrid; la gastronomía también. Porque antes que hotel, este sitio ha sido (y sigue siendo) restaurante. Su gastrobar es parada obligada para quienes quieren disfrutar de un buen chuletón de Ávila, o un cordero lechal a las brasas o unas judías de El Barco (los favoritos de los madrileños que van de escapada). Quienes prefieren un bocado más sofisticado (tipo steak tartar), también, el furor de los abulenses.
Otras ciudades para una escapada cerca de Madrid
Si de algo puede presumir España es de tener cientos de pueblos bonitos. Pero los que más nos interesan cuando se trata de hacer una escapada exprés de fin de semana son los que están cerca (muy cerca) de Madrid. Y en esta ocasión, rizamos el rizo y nos proponermos visitar solo aquellos a los que podemos llegar en menos de dos horas en coche desde Madrid.