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Siete tradiciones de San Isidro para hacer al menos una vez en la vida

Durante estos días llenos de fiestas y conciertos, aquí tienes siete propuestas que todo madrileño tiene que probar

Llorenç Julià Ruiz
Colaborador, Time Out Madrid
Fiestas de San Isidro
Shutterstock
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Aunque San Isidro nació hace más de 900 años, seguro que también le gustaba la música, los bailes y comer bien. Durante sus festividades, Madrid se llena de familias y grupos de amigos con ganas de fiesta. Aquí os hemos preparado una lista con las tradiciones que todos debemos hacer al menos una vez en la vida.

1. Beber agua milagrosa de la ermita. Cada 15 de mayo, la cuesta que lleva a la ermita del Santo se llena de familias, jóvenes, abuelos e incluso chulapos y chulapas. Todos los que suben tienen un objetivo, beber del manantial de la ermita del santo. Los aguadores te servirán en vasos, garrafas e incluso cubos un agua que, cuenta la leyenda, es milagrosa y cura todos los males, de cuerpo y espíritu.

2. Vestirse de chulapo/a. La vestimenta tradicional de las fiestas de San Isidro fue, en su día, una manera de diferenciarse de las élites sociales francesas. Además de chulapos, podíamos encontrar a los Manolos, los Isidros o las Majas. Los chulapos vivían en el barrio de Malasaña, que cada año se llena de gente vestida con estas ropas tradicionales. Los hombres con pantalón oscuro, gorra, camisa blanca y un chaleco acompañado de un clavel y las chulapas con un vestido de lunares, de mangas de farol y el pelo recogido en un pañuelo, donde se asoman dos claveles.

3. Probar las rosquillas tontas y listas. Elaboradas por la famosa Tía Javiera, estas rosquillas no llevaban azúcar en la masa, si no que se cocinaban con aguardiente y se empapaban con jarabe, para secarlas en la guita. Podéis probar cuatro tipos de rosquillas, las tontas, que no llevan glaseado; las listas, famosas por su tono amarillo al estar cubiertas de azúcar y limón; las de Santa Clara, cubiertas de merengue seco blanco; y las francesas, con almendra picada y azúcar. Un plan genial es degustar estos dulces mientras descansáis en la Pradera.

4. Montar en las atracciones de la feria. La Pradera de San Isidro está abarrotada de casetas y barracas para que paséis un buen rato en familia. Podréis encontrar atracciones habituales como la feria, que cierran a las 00 h de domingo a jueves y a las 2 h los viernes y sábados.

5. Probar los entresijos de los puestos de la Pradera. San Isidro no son solo dulces. También podréis disfrutar de los tradicionales entresijos y gallinejas. Estos platos, que originalmente eran de gallina, aunque actualmente sean de cordero, son ricas frituras que podéis comer como bocadillo o como plato mientras paseáis entre chulapos y puestos de limonada.

6. Quedarse hasta la medianoche en los conciertos de las Vistillas. Los Jardines de las Vistillas se convierten en otro de los puntos clave en las celebraciones. Los conciertos y actuaciones se suceden hasta la misma noche del día 15, así que prepárate y disfruta de un festival de música para todos los gustos.

7. Bailar un chotis. No necesitáis más de una baldosa para bailarlo. Con una pareja podréis disfrutar de música castiza al son de un organillo. La mujer, con su mantón de Manila, gira alrededor del hombre, con su parpusa, y que debe mantenerse en su propio eje. Todo un arte. 

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