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Desde los años 20, la entrada a la estación de metro de la Gran Vía estaba precedida de un templete de granito con una gran marquesina de hierro y cristal, obra del arquitecto Antonio Palacios y que acogía el ascensor para acceder a la estación subterránea de la línea 1, bajo una de las principales arterias de Madrid. El icónico templete fue demolido en los años 70 del siglo pasado, pero ahora regresará a la Gran Vía madrileña con una recreación que recordará sus más de 50 años de historia en las calles de Madrid.
El nuevo edificio "será una réplica lo más fiel posible" a la entrada de Metro diseñada por Palacios y que entró en funcionamiento en 1919, explican desde la compañía de metro, que además acometerá otras obras que ampliarán el vestíbulo de la estación, acabarán conectando las estaciones de Sol y Gran Vía, además de ampliar el número tramos de escaleras mecánicas y de accesos. El templete se reconstruirá sobre las calles de Gran Vía y Montera.
El templete, de granito, contará con una gran marquesina de vidrio y acero, "completamente translúcida", que permitirá la entrada de luz por el hueco del ascensor, "exento y que flote en el interior del monumento". Así, se recuperará el "gran valor simbólico" que tuvo el templete de la red de metro San Luis. La reconstrucción del templete y la instalación del ascensor para facilitar los accesos a las personas de movilidad reducida costará unos 276.000 euros.
Instalado en 1919, el templete sufrió una primera remodelación en los años 50 para incluir dos ascensores, para finalmente ser desmantelado en los años 70. El edificio fue trasladado a la localidad gallega de Porriño, donde nació el arquitecto Antonio Palacios, y donde todavía permanece parte del templete en el parque Domingo Bueno.
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