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Van por libre. A lo suyo. No tienen una agencia de comunicación que espolee su apertura ni más músculo financiero que el que cabe en sus cuentas corrientes pero tienen algo mejor. El boca oreja. Así que, poco a poco, de manera orgánica, todos vamos cruzando su puerta para ver qué cocinan y descorchan, cómo huele y a qué sabe, cuál es la atmósfera y el servicio...
Venimos con tres propuestas muy diferentes, con personalidad propia y arrojo, cargadas de pasión y audacia, con un "venga, vamos a probar" que lleva asociado la etiqueta de vívida guerrilla más que la de jóvenes emprendedores.
La Capa
"Hemos venido a hacer barrio, ¡y a devolver a los bares de siempre al lugar que se merecen! Buenas tapas, buen vino y buen rollo". Lo dicen ellos. Arturo, Martin y Piru. Desde un rinconcito de Carabanchel, cerca de Madrid Río. Desde una añeja barra metálica entre porrones y Borgoñas para salir feliz, con el neón en azul y rojo que siempre tuvo Cafetería La Capa y a través de platos sugerentes, sustanciosos, sencillos... servidos en mantel de papel. Honestidad brutal. Cortita y al pie. Los fines de semana el comedor está a reventar. Da igual comidas que cenas. Así que reservad con tiempo. Podéis elegir menú o platos sueltos para compartir (de unas kokotxas con pil pil a un cordero lechal especiado con menta), preparan una buena tortilla de patata, croquetas de gorgonzola y siempre hay alguna opción vegetariana...
Pacto Raíz
Parecido no es lo mismo. Como el legendario show de Faemino y Cansado. Pero si os gusta Tres por cuatro, si sabéis que es tenéis sus mesas por una casa que no falla, quizás este comedor os interese. Álex Marugán se ha aliado con un par socios, Rocío y André, para reabrir, junto al parque del Retiro, el local que antes fuera Recreo. Sí, es una lástima que cerraran pero hay buenas noticias. El nuevo trío al frente ha querido hacerles un guiño y tienen en carta el que era brócoli favorito de media ciudad, seguramente su plato estrella. Y, aunque la carta se mueva por una fusión México-Perú-España (un rillete de sardina con huacatay, una ventresca con chamoy o un aguadito de codorniz lacada), hacen otro homenaje a Madrid con su Minutejos/Pan cristal/Chile/Mostaza/Pepinillos (nota: La casa de los minutejos casualmente se encuentra a dos pasos de La Capa). Abren de martes a sábado de 13:30 a 15:30 y de 20:30 a 22:30.
Rapaz
Café para muy cafeteros. Mesas para los más curiosos del panorama culinario y para los que se mueven rápido. Las reservas vuelan (sí, nosotros lo hemos hecho antes de daros el chivatazo, que luego no se puede ir en dos meses). Solo abren dos días a la semana (viernes y sábado) y únicamente al mediodía. El aforo no puede ser más limitado. Para amigos, avispados y vosotros. La comida de las que reconfortan. Sin historias. A saber: en noviembre canelón de cocido, huevo de granja con patatas, alubias con níscalos y oreja ahumada, rape alangostado en salsa vizcaína y de postre, quesos, miel y membrillo. La herencia vasca es evidente. ¿Dónde? Pues ocupan un par de puestos dentro del mercado de Mostenses (sí, donde abrió el restaurantito coreano al que todo el mundo quiere ir).