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Según los datos que arrojan los archivos históricos, las fiestas de San Isidro datan de 1622. Pero es ahora, tal y como acaba de firma el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, cuando adquieren la protección y la categoría de Bien de Interés Cultural, un sello que reconoce la "gran importancia cultural de estos festejos y su función en la cohesión de la sociedad madrileña".
Un importante hito para las fiestas de todas las chulapas y los chulapos porque a partir de ahora, y el año que viene se cumple el cuarto siglo de homenaje al patrón de la ciudad, todo lo relacionado con las celebraciones de la festividad de San Isidro se preservará bajo las mandamientos de la Unesco, de la gastronomía al entorno natural, de la tradición expresiva oral a la indumentaria.