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Se cumplen 50 años desde la llegada del hombre a la luna, ese pequeño gran paso para el hombre pero grande para la humanidad dado el 20 de julio de 1969, y esta es una de las historias más curiosas y menos conocidas que hemos leído en mucho tiempo.
Resulta que la empresa encargada de confeccionar los trajes que llevarían a Neil Armstrong, Edwin E. Aldrin y Michael Collins durante la misión espacial del Apolo 11 fue una firma de corsetería femenina de la época, que no es otra que Playtex (nacida en 1932), la misma que revolucionó el mundo del sujetador gracias a la creación de la faja de látex y el Cruzado Mágico, uno de sus modelos de sujetador más icónicos.
La clave para que la NASA confiara a Playtex la confección de los trajes de astronauta no fueron estas prendas de ropa interior precisamente, sino su diseño innovador y los materiales tecnológicos con los que estaban compuestos, porque permitían precisamente lo que estaban buscando: un material elástico que aportara ligereza para poder moverse y flexionar las extremidades en el espacio, a la vez que super resistente para protegerles de las condiciones extremas, un terreno pedregoso que explorar y, por qué no, hasta impactos de meteoritos.
El resultado fue un traje compuesto por 21 capas de fibra sintética, neopreno y metal. ¿Lo más curioso? Fueron las propias costureras de la compañía las que, con sus máquinas de coser Singer y a contrarreloj, se pusieron a dar puntadas con mucho hilo y ningún alfiler -no podían correr el riesgo de agujerear la tela ni de olvidarse ninguno dentro del traje- para poder entregar ese encargo titánico e histórico a tiempo. No hace falta decir que la misión 'Traje a la luna' fue un éxito. El resto, es historia.