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Comida rápida de primera calidad. Ahí tenéis su claim. Y es tal cual. Cuidan la carne que gira en el trompo y con la que rellenan (y lo rellenan con generosidad) el pan al tiempo que manejan dinámicas de cualquiera de esas grandes cadenas fastfood que estáis pensando (desde McDonald's a Popeyes). Es decir, tienen en la misma puerta de entrada -el espacio está diseñado para ser fundamentalmente un take away/delivery- una pequeña pantalla desde la que elegir y pagar cualquiera de sus tres menús, la opción más solvente, con el (seguramente) mejor shawarma de la ciudad.
Buenas patatas fritas para acompañar una terna de opciones. Dos de carne, sea ternera o pollo empanado. Y una veggie, la del clásico falafel. Os recomendamos añadir un extra de tahini. Y, ya puestos, que sea su versión tahini amba. O si os gusta el picante, también podéis aumentar la dosis de sjug. Aquí saben lo que hacen. De hecho, este es el segundo local de De Pita Madre en Madrid. El primero ya es un éxito consolidado en Chueca (Colmenares, 13), donde sus mismos propietarios, tienen un esquinazo repleto de buenos platos vegetarianos bajo el nombre de Barganzo. Y ahora acaban de abrir en Lavapiés, a un paso del metro Antón Martín (Santa Isabel, 4).
Local austero, funcional e higiénico. Tienen al fondo un par de mesas altas con taburetes y una estrecha y larga contrabarra para comer y marchar. Vamos, que no te vas a quedar a escuchar los temas atemporales que lanza el hilo musical de la casa. Ni falta que hace. Esto es un plan tan oportuno y satisfactorio como rápido. El lugar, en un plano gourmet comparado al resto de kebabs que aún quedan por estas calles, te sirve para la previa antes de la peli en el cine Doré o para llenar el estómago antes de salir de fiesta por la zona. Aquí, de momento, abren a diario y de manera ininterrumpida. Desde las 13.00 h. hasta medianoche.
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