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Tienen más de un siglo de historia. Cinco generaciones ya les avalan. De hecho el primer local de Paul se abrió en 1889, el año en que se inauguró en otro punto de París la torre Eiffel. Y ahí siguen, en pie e igual de legendarios, ambos emblemas no solo de Francia sino del mundo. Porque ya hace años que los croissants de uno de los grandes nombres de panadería/pastelería en tierras galas están ya en medio mundo (sea como franquicias o tiendas propias). El sello es tan popular como lo puede ser Zara y tan icónico como las tiendas de las que se rodea en su primer local en las calles madrileñas: Gucci, Louis Vuitton, Cartier...
Tras aterrizar en el aeropuerto de Barajas, como hace poco también hizo el triestrellado Dabiz Muñoz, PAUL desembarca próximamente en el centro de la capital. El gigante galo -tiene establecimiento en cuatro continentes- está a punto de abrir, terraza incluida, su flamante local del barrio de Salamanca (Serrano, 80). Un café que será panadería, bollería, pastelería... y que se une al listado de rincones franceses en Madrid. Sus famosas baguettes y croissants (dulces y salados) serán el pilar de un espacio donde podrás ir a comer una ensalada, donde sirven completos desayunos a diario (sí, con tu zumo de naranja) o donde acercarse para merendar algunas de sus tartaletas de frutas.