[title]
Estanis Carenzo (patrón del desaparecido y llorado restaurante Sudestada) regresa a Madrid con un formato informal, una barra larga y varias mesas bajas junto a los ventanales que aún es un secreto. El local se ubica dentro del recién inaugurado hostel Latroupe Prado, en un esquinazo privilegiado junto a la estación de Atocha, pero aquí no sirven bocata de calamares. Para eso tenéis el archiconocido El Brillante y el último en llegar a la zona, Bareto. Ellos apuestan por una oferta diferente. Carenzo la llama "hispanofonía", un viaje culinario que pasa por Perú, Brasil, Portugal o Argentina para aterrizar en las raciones castizas que todos conocemos (pero no como las conocemos).
Así en Café de la Plata (Paseo de las Delicias, 1) la ración de bravas se acompaña de alioli de maíz y salsa macha, los boquerones en vinagre se presentan con mojo verde canario, la gilda es a la brasileña y las croquetas de lechazo. "Una cocina que bebe de aquí y de allá y no obedece a nacionalidades, sino al sabor real de cada ingrediente", según Carenzo. Y que abre todos los días de la semana desde las 11.00 hasta las 23.00 horas.
¿Qué platos hay en la carta de Café de la Plata?
Hay para todos los gustos, para curiosear y para ir a tiro hecho. Porque en la propuesta vais a encontrar, entre los platos más contundentes, desde una hamburguesa o un choripan pasando por feijoada, unos callos alocrados y hasta un galeto pincantón con su salsa piri piri para compartir. Para abrir boca podéis pedir alguna ración de embutido ibérico, una anchoa desalada con mantequilla artesana o unos buñuelos de bacalao. Y, claro, también hay varios postres para elegir: helado almendrado, pastel tres leches, alfajores, queso con membrillo o fruta de temporada.
El local, que se mueve al ritmo de una animada playlist, te vale para cualquier hora del día, del desayuno a la cena. Siempre habrá algo para picar en su barra y, por supuesto, algo para beber. En la parte líquida trabajan con etiquetas poco habituales (con algunos vinos de poca intervención o naturales), cervezas artesanas y kombuchas o sodas.
Justo debajo, se esconde El Plata, un espacio semiclandestino que en horario nocturno se convierte en chill out con DJ, un lugar donde tomarse una copa o un cóctel, abierto a celebraciones y eventos privados e incluso a pequeños conciertos porque cuenta con su propio escenario.