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Es seguramente la tarta de queso más famosa de todo el país. Tiene hasta una llamativa tienda propia. Una tienda que parece una joyería (que se vino a sumar a la que abrió también en el centro comercial Burgocentro en Las Rozas). Tartas en vitrinas relucientes y entre las grandes marcas de ropa del barrio de Salamanca (Velázquez, 60). Así se las gasta la muy solicitada y deliciosa cheesecake que creó y con la que triunfó y sigue triunfando Alex Cordobés.
Después de mucho tiempo con media docena de versiones (de la tradicional a la de pistacho ibérico) y muchas muchas pruebas ("es el resultado de una tarta que llevaba tiempo planeando y tratando de equilibrar"), del obrador acaba de salir una nueva creación. Esta vez se ha aliado con los responsables, tostadores ellos, de Café de Finca, destacado sello de café especialidad desde 2009. Ambos proyectos comparten ideario, apuestan por cuidar el producto (trabajan con la mejor materia prima) y por ir al encuentro de los sabores auténticos.
Esta novedad hipercremosa en el catálogo de Alex Cordobés, que se podrá comprar antes del viernes en cualquiera de sus tiendas (incluida la web), se elabora únicamente en tamaño mediano (suele manejar otros dos: pequeño y grande). La pieza tiene 20 cm de diámetro, da para ocho raciones y su precio es de 36 euros.