[title]
La última colección de decoración de hogar de la que todo el mundo habla estos días no es de Zara Home, pero lo parece. Es de Eturel, una pequeña (pequeñísima) tienda de decoración y cosas bonitas instalada en una callejuela de la zona del Rastro de Madrid. Desde su apertura en 2016, Eturel defiende los procesos artesanales, la tradición 'made in Spain' y los objetos auténticos. Lo que viene siendo una vuelta al origen, un regreso a la casa del pueblo, pero sin salir de la ciudad. Y eso es justo lo que está haciendo Zara Home en su última colección. Una producción preciosa que presenta como "un viaje a las raíces" y en la que defiende "la importancia de la procedencia: la autenticidad en el trenzado del esparto, la tradición del vidrio soplado, el oficio en la cerámica pintada a mano".
Hasta ahí todo bien, si no fuera porque uno de los productos de esta nueva colección del gigante de Inditex es idéntico (por no decir igual) a un clásico de Eturel: una preciosa mantelería alpujarreña en tonos verdes y crudos, presente en la colección de Eduardo desde hace dos años. Se trata de un diseño propio basado en el tejido alpujarreño original, que Eturel confecciona con mimo en un taller de Almería y que se ha convertido ya en uno de sus productos "más finos", asegura Eduardo, su fundador.
Ver esta publicación en Instagram
Parece que a Zara Home le ha enamorado tanto como a los fieles clientes de esta tienda del Rastro casi familiar (el equipo está formado por solo tres personas). Son ellos quienes enseguida han dado la voz de alarma en redes sociales por lo que podría ser una copia o simplemente una inspiración. Porque aunque parecen idénticas, "no tiene nada que ver con la calidad del nuestro, nuestro tejido lleva el doble de hilo, el suyo lleva mucho poliéster y ocupa la mitad" asegura Eduardo mientras sostiene uno y otro tejido con sus propias manos, y con Time Out como testigos de ese momento. También sabe que el proveedor no es el mismo. Ni por supuesto el precio (69,90 euros frente a los 39,90 euros de Zara Home). Y eso sí que "hace daño". No tanto por las pérdidas que pueda ocasionarles (que también), sino por lo que puede suponer que un gigante de la moda convierta en 'fast fashion' la cultura y la tradición popular, cuya economía (paradójicamente) pende de un hilo muy fino. Y eso ya no es tan bonito.