[title]
Fabio Gasparini está de dulce aunque lo suyo sea, sobre todo, lo salado. Tras consolidar en algo más de dos años su angosto pero suculento restaurante en el corazón de Chamberí, se lanza a la conquista de nuevos comensales de la mano del Grupo Mimosa y con su aplaudida pasta a la carbonara debajo del brazo.
Acaba de levantar el telón de su restaurante en Pozuelo (Atenas, 2). Un espacio mucho más amplio (y con dos terrazas exteriores, una de ellas cubierta) para disfrutar de algunos de los platos del chef veneciano, platos que hablan de sabores tradicionales y autenticidad y que se pueden armonizar con una treintena de vinos transalpinos (un tercio de la bodega se sirve por copas).
El local tiene un aire más refinado que su predecesor pero mantiene el espíritu sencillo e informal que le ha labrado un nombre en Madrid. Llegan, eso sí, algunas novedades a la carta como sus paccheri con gambones o nuevos ingredientes para sus populares pinsas (la de scamorza ahumada, calabacín y pesto, la de alcachofas y salame picante o la que lleva anchoas del Cantábrico, entre otras). Perfecto para una escapada, para esa comida familiar al aire libre.